sábado

Las garras del águila imperial

 
Corrían los últimos días de abril de 1980 cuando un equipo de comandos se preparaba para cumplir con la misión de rescatar a 50 rehenes de la embajada de Estados Unidos en Irán, retenidos por militantes islámicos desde el 4 de noviembre del año anterior. Pero algo salió mal en el espectacular operativo programado por el equipo de Jimmy Carter, entonces en campaña para un segundo período presidencial. Pocos meses más tarde, y en medio del descrédito, perdería las elecciones en manos de un ex mediocre actor de Hollywood, Ronald Reagan, quien finalmente solucionó la cuestión con un par de llamados, como los héroes de las películas.
La historia está marcada a fuego en Barack Obama luego del ataque en el consulado en Benghazi que segó la vida de su embajador ante las nuevas autoridades libias. Y todo por un filme anti musulmán subido a la web en julio pasado y sospechosamente traducido y difundido en forma viral en coincidencia con el aniversario del 11-S.
La escalada de violencia de estos días obliga a este demócrata que llegó al poder con promesas de defensa de los valores fundamentales en que se construyó el ideario de Estados Unidos –como Carter, que quiso encarnar la defensa de los Derechos Humanos con una América Latina atravesada por regímenes genocidas– y que ahora se ve acosado por los republicanos con un discurso ultra que mucho recuerda al que depositó a Reagan en la Casa Blanca en enero de 1981.
Irán era difícil para Occidente desde hacía años, como recordaba ayer Fernando del Corro en este diario. Y para fines de los '70 seguía gobernado con mano férrea por el Sha Mohammed Reza Pahlevi. El emperador persa heredó la corona de su padre, obligado a abdicar por haber vendido petróleo al nazismo. Pahlevi Junior inició reformas políticas para instalar una monarquía democrática a la manera europea. Hasta que en 1951 fue elegido primer ministro Mohammed Mosaddeg. Una de sus primeras medidas fue la nacionalización de la industria petrolera. Lo que lo llevó a enfrentarse a la oligarquía nativa pero también a Gran Bretaña y Estados Unidos. El conflicto interno se potenció a tal punto que en 1952 el Sha lo obligó a renunciar, lo que provocó un levantamiento popular. Pahlevi y su esposa, la princesa Soraya, huyeron preventivamente a Roma, mientras Mosaddeg proseguía con su política nacionalizadora. Pero el 18 de agosto de 1953 el premier progresista fue destituido por un golpe apoyado y financiado por la CIA. El primero en su historial.
Pahlevi volvió al poder y se calzó el traje de obediente de Washington. Por debajo, en la sociedad fue creciendo el descontento. Que terminó acercando a las mayorías a los líderes religiosos chiítas, los únicos que podían canalizar el descontento en un marco de represión política. La revolución islamista elevó a la categoría de líder al ayatolá Ruhollah Khomeini.
Mientras tanto, en América Central se fortalecía la guerrilla sandinista, que luchaba contra al régimen de otro títere de Washington, Anastasio Somoza. El enero de 1979, el Sha y su familia escapan nuevamente de Teherán, esperando quizás otra ayuda de sus amigos de la CIA. El 19 de julio del '79 el FSLN entra victorioso en  Managua y el dictador Somoza también elige escaparse, con familia y fortuna.
Los sectores juveniles de Irán pronto emprenden una ofensiva contra todos los símbolos de Estados Unidos. El 4 de noviembre, entre 500 y 2000 estudiantes –el número es difícil de precisar– rodearon el edificio de la embajada de ese país en Teherán. Adentro quedaron 52 empleados y funcionarios estadounidenses. Se inició una fuerte disputa diplomática en medio de las críticas de los republicanos, que acusaban a los demócratas de blandos en política exterior y recordaban de qué modo Carter había “perdido” Nicaragua, luego de haber “entregado” el Canal de Panamá tras un acuerdo con Omar Torrijos y de haber atacado a “gobiernos amigos” como los de Pinochet en Chile y Videla en Argentina.
Carter aplicó sanciones económicas y redobló presiones contra el régimen teocrático, que por entonces concitaba el apoyo de intelectuales de la talla de Michel Foucault, que entrevistó al líder religioso y quedó encandilado del proceso que se estaba viviendo en la nueva Persia.
Carter, un granjero de Georgia con una profunda fe religiosa y ligado a la iglesia bautista, estaba ante un problema político de difícil resolución, porque la Unión Soviética, en coincidencia con la caída del Sha, había invadido preventivamente Afganistán. Lo que podía por primera vez en la Guerra Fría a poner cara a cara a tropas de ambas potencias si Estados Unidos optaba por una solución militar clásica. Los ayatolás, en tanto, planteaban condiciones para liberar a los rehenes, entre ellas que les entregaran al Sha para juzgarlo bajo las leyes islámicas y que Estados Unidos reconociera su participación en el golpe contra Mossaddeg. Carter se negó y en cambio promovió el plan de rescate mediante un operativo militar que prometía sorpresa y efectividad. Lo llamaron Eagle Claw (Garra de Aguila) porque pensaban bajar en el edifico de la embajada con helicópteros y llevarse a los rehenes como un águila que roba a su presa. Pero dos naves chocaron y se incendiaron en un desierto al sur de Teherán, provocando la muerte de ocho soldados y llenando de escarnio al presidente, que asumió el costo político del fracaso. El ex Sha, a esta altura, había muerto de cáncer en El Cairo. Ni bien asumió, Reagan aceptó las condiciones iraníes que le quedaban –menos el reconocimiento del golpe- y los rehenes volvieron a casa.
Obama enfrenta una situación similar. Y los republicanos lo saben. Por eso Romney deslizó que “el Medio Oriente necesita del liderazgo de EE UU y yo pretendo ser el líder que EE UU espera y que nos hará admirados en todo el mundo”. Su aspirante a vice, Paul Ryan, agregó que “están en peligro los valores de la civilización”, amenazada por la furia islámica.
En sus primeros tiempos en el gobierno, Obama intentó un acercamiento al mundo árabe e incluso, sin que se lo pidieran, reconoció la participación de Washington en el golpe contra Mosaddeg. Obama recibió el Nobel de la Paz en 2009 por lo que parecía que iba a hacer. En el debate entre halcones y palomas, era una promesa de que el mundo podría esperar cambios benéficos con su presencia en el Salón Oval. Carter había recibido el mismo premio en 2002, por lo que ya había hecho.
Obama no quiere ser Carter. Y mucho menos en esta etapa en la que deberá combinar acciones que muestren dureza para sus votantes, alarmados por el discurso republicano y perspicacia al exterior.
En las próximas semanas, Obama seguramente enfrentará más acechanzas como en Benghazi, que dejarán mucha tela a los teóricos de las conspiraciones. Y deberá entonces, bascular entre la paloma que prometía ser y el halcón que le exige la derecha más dura. Para no caer en las garras de otra águila maléfica.

Tiempo Argentino
Setiembre 15 de 2012

jueves

Vacas de buena leche en las praderas de Gengis Khan

Desde Beijing.
SEGUNDA PARTE
 
Hoy, parte de esas praderas –de un verde asombroso y una prolijidad casi artificial en esta época del año, que asemejan el famoso fondo de pantalla de Windows– sigue ocupada por sus descendientes que, alejados de las dinastías que gobernaron en la región por siglos, ahora intentan aplicar las técnicas más novedosas en la explotación ganadera.
En una de esas granjas, Qi Muga, una joven de 23 años, explicaba a Tiempo Argentino que en Baiyin Wula, en la zona de Hulun Buir, un grupo de ocho familias se asoció para producir leche vacuna hace cinco años. Y que no les va tan mal. "Una vaca nos da entre 35 y 50 kilogramos por año de promedio. Y tenemos mucho apoyo del gobierno para avanzar en la explotación." La joven asegura que están siempre conectados por celular para que el camión de la empresa lechera venga a buscar la producción, dos veces al día, llueva o truene. Y que en el emprendimiento trabajan 360 personas.
No es la única explotación en ese campo que cuenta con varias yurtas (las carpas de los nómades mongoles), cada una de ellas con la infaltable imagen del Gran Khan. Ya tenían varios miles de ovejas y algún que otro cerdo. Y por supuesto, los ya famosos caballos mongoles, que cruzaron miles de kilómetros con los conquistadores del Khan en otras épocas y hoy son el orgullo de los jinetes locales. Aunque, justo es decirlo, la tecnificación también les llegó a ellos y hoy van a buscar al ganado en motoneta.
Hulun Buir, hay que decirlo, cuenta con unas pasturas inigualables y una rica cultura, enriquecida por cruces étnicos de los más variados. Ubicada en la frontera con Rusia y la república de Mongolia, en sus ciudades es notable la influencia de la arquitectura rusa y hasta de los caracteres cirílicos en los nombres de las calles y los comercios. Mongolia Interior, en China, es un distrito autónomo precisamente por el alto componente de etnias minoritarias, como precisamente es la mongol, en un país cuya una amplia mayoría es de la etnia han.
Los chinos, como se ve en su pasado, fueron un pueblo atravesado por culturas diversas, que no obstante mantuvo rasgos personales a lo largo de cinco mil años. En las últimas décadas, sin embargo, se acerca aceleradamente a las costumbres occidentales. Uno de estos rasgos es el del consumo de leche vacuna. Dicen los conocedores de la industria en ese país que el promedio por persona ronda los 17 litros por año, cuando el mínimo recomendado por los organismos internacionales de salud anda por los 120 litros y el de los argentinos, por decir algo, supera los 200 litros. Paralelamente al desarrollo en todos los sectores de su economía, China también viene incrementando tanto la producción como el consumo de leche y derivados. Para ello, se propuso una agresiva política de desarrollo de animales más productivos y de mejoramiento de las tecnologías asociadas, aunque un sonado caso de contaminación de leche para bebés en 2008 implicó un notorio tropiezo para la industria láctea en general y a muchas empresas en particular (ver aparte).
Como dato relevante basta decir que el país asiático tiene unos 200 millones de cabezas de ganado bovino y que el último año fueron sacrificados casi 77 millones de animales, mientras que tiene otros 12 millones de vacas lecheras, en su mayoría de la raza Hostein, que figuran entre las menos rendidoras.  Desde 2009 se convirtió en el mayor comprador de lecheras a nivel global y también de semen de toro. Sólo en 2011 invirtió más de 250 millones de dólares para la compra de unos 100 mil ejemplares, a proveedores de Nueva Zelanda, Australia y Uruguay. El semen, en tanto, les llega de los Estados Unidos.
Tiempo Argentino estuvo en la provincia de Heilongjiang, en uno de los 17 establecimientos de Wondersun, un coloso de la industria láctea, cuya propiedad es un 66% estatal y el resto está en manos de accionistas de Taiwán. La firma aspira a estar entre las top ten del mundo en pocos años y produce desde leche fluida y en polvo hasta yogures y derivados de la soja. Por ahora se conforma con estar entre las 150 más grandes de China, asegura su gerente de Relaciones Institucionales.
El grupo Beingmate, en cambio, produce esencialmente leche en polvo maternizada, para lo cual, informa su vocero Hang Zhao, investigó la leche de madres de varias nacionalidades para determinar los componentes necesarios para adecuar la leche bovina a los bebés. Es una empresa totalmente privada que cotiza en bolsa desde el año pasado y tiene certificación de calidad internacional.
También en Heilongjiang, pero en el distrito de Zhaodong, hay un establecimiento de Yili Dairy Co, una de las empresas a las que golpeó de lleno el tema de la contaminación. Con una fuerte presencia mediática, al punto que fue sponsor oficial de los Juegos Olímpicos de Beijing y también de Londres, Yili cotiza en Shanghai y la capital china.
En todos los casos, los representantes de las distintas empresas lácteas manifestaron sus aspiraciones de convertirse en jugadores de peso en la industria láctea internacional, para lo cual trabajan con las normas de calidad ISO. Y se muestran tan dispuestos a invertir en el exterior como a aceptar inversiones y tecnología de otros países. «
 
Contrastes
Modernismo
En las viviendas de los ganaderos que visitó Tiempo Argentino se puede ver la imagen de Gengis Khan con la decoración más típica, junto con los televisores de LCD más modernos. Todos parecen tener su propio teléfono celular.
 
De un escándalo a la norma ISO
 
Hace exactamente cuatro años, el escándalo envolvió a la industria láctea china, cuando una contaminación masiva en leche maternizada provocó la muerte de cinco bebés y obligó a internar de gravedad a otros cientos de miles en todo el país. El hecho puso de relieve una ineficaz tarea de inspección, pero también puso a prueba la capacidad de las autoridades para enfrentar situaciones límite. Porque en los primeros días los responsables de los distintos distritos involucrados esquivaron las respuestas, lo que elevó el nivel de las demandas de la sociedad.
Según se supo, había por lo menos 69 marcas de 22 compañías chinas diferentes involucradas en el caso. El contaminante fue melamina, un producto rico en nitrógeno que se usa en la industria maderera y que puede servir para "disfrazar" la dilución de la leche. Uno de los empresarios detenidos dijo que la había agregado para disimular el olor de la lecha vacuna y aumentar su contenido en proteínas.
Ahora tanto empresarios como autoridades gubermentales aseguran haber aprendido la lección y por eso abrieron sus puertas para mostrar sus logros y el nivel de seguridad de sus plantas. También buscaron la certificación de la Organización Internacional de Normalización (ISO) que establece y verifica la gestión continua de calidad en todos los procesos industriales.
 
Aún juega Maradona
 
La recepción a los periodistas que visitaron la región de Mongolia Interior y la provincia de Heilongjian, en el noreste de China, fue más propia de dignatarios políticos o culturales que de trabajadores de prensa. En cada lugar visitado –las ciudades de Beinjing,  Manzhouli, Hailaer, Harbin y Anda– fueron recibidos por las autoridades políticas y representantes del Partido Comunista local. Siempre hubo una excelente muestra de la cocina china, con multitud de platos diferentes servidos en la clásica mesa de centro giratorio y mediante los tradicionales “palitos” o kuaizi. En Anda ("amigo", en mongol) recorrieron 100 kilómetros para conseguir cubiertos "occidentales". Pero nadie los usó.
El “presentador” oficial de la comitiva era Yang Zhuofan, funcionario del Ministerio de Información de ese país. En chino, por supuesto, un idioma que los periodistas convocados ignoran largamente. Pero con los días uno se va acostumbrando a ciertos sonidos, a detectar ciertas palabras. Como que por ejemplo China no se dice con ningún sonido que suene a "China" sino que el nombre oficial suena como “chung-kúo”. Cuando le tocaba presentar a los dos periodistas argentinos –había otro de la revista El Federal– era perfectamente audible un “Maradona”, para ubicar a tan "extraño" país.
En broma uno podía agregar "Messi". Pero enseguida le retrucaban "Ginóbili". 
Se entiende, el astro del básquetbol argentino fue el líder del equipo que ganó la medalla de bronce  en las olimpíadas de Beijing 2008. El crédito local Yao Ming es un ídolo para los chinos, y a pesar de haberse retirado todavía aparece en publicidades callejeras promocionando todo tipo de artículos. Yao competía con el bahiense en la NBA, transpirando sus 2,30 metros con la camiseta de Houston Rockets. Ginóbili juega en el otro equipo de Texas, el San Antonio Spurs. Ambos en la Conferencia del Oeste de la liga.
 
 
Algunos datos sueltos
 
 China produjo un total de 530 millones de toneladas de granos en 2009, con un crecimiento promedio desde 1979 de un 2%, según cifras oficiales.
 Hay alrededor de 200 millones de vacas y se sacrifican para consumo cárneo cerca de 80 millones cada año.
 Tiene más de 450 millones de cerdos, un verdadero récord.
 El país asiático cuenta con cerca de 160 millones de cabezas de ganado ovino. Es el mayor poseedor, con el 34% de las ovejas que se computan en el mundo.
 
Tiempo Argentino
Setiembre 10 de 2012

China avanza en su propio campo

Desde Beijing
PRIMERA PARTE

China avisa. Y si ya superó en producción industrial a Estados Unidos, durante más de un siglo el principal fabricante mundial de casi todo, ahora promete alcanzar la autosuficiencia en la producción agrícola en un par de años. Al menos eso se desprende de las metas del último programa quinquenal.
En cualquier otro país del mundo cabría la sospecha de si esas proyecciones se cumplirán. En el caso chino, desde que en 1978 el gobierno de Deng Xiaoping abrió la economía a la iniciativa privada, las tasas de crecimiento del país y de cumplimiento de las planificaciones fueron lo suficientemente altas como para colocar a China a la cabeza del mundo desarrollado, incluso mucho antes de lo esperado. Tanto que Beijing es hoy un paso inevitable para los líderes políticos mundiales y los popes financieros en medio de una crisis global de inciertas conclusiones.
Que China sea autosuficiente es un dato no menor, sobre todo para economías como las latinoamericanas, que en los últimos años encontraron en el gigante asiático al comprador ideal para sus productos agrarios. De hecho, el gobierno de esa nación calcula que en los próximos cinco años el intercambio con la región treparía a los 40 mil millones de dólares sólo en agricultura.
La cifra fue revelada en Beijing por el subdirector general de Cooperación Internacional del Ministerio de Agricultura, Xie Jianmin, en una exposición ante un grupo de periodistas latinoamericanos –entre los que estaba Tiempo Argentino– especialmente invitados a conocer de primera mano los avances de China en la materia.
Convertida ya en el principal socio comercial de naciones como la Argentina y Brasil, pero también de Chile y Perú, el cálculo menos optimista dice que en breve el 10% del intercambio bilateral entre Latinoamérica y China será en este rubro. Y que la región concentrará el 20% del comercio agrícola de China con el resto del planeta.
Xie se esperanzó en que los precios de los granos tiendan a bajar, ya que atribuyó el incremento notable de los últimos meses, no solamente a la sequía en Estados Unidos sino a una "reacción exagerada y a la especulación de los mercados". Para explicar mejor su punto de vista, el funcionario señaló que las medidas de proteccionismo que algunos gobiernos aplican para asegurarse el abastecimiento interno no fueron  tan profundas como antes. "Tengo información de que Rusia descartó la posibilidad de imponer restricciones a sus exportaciones agrícolas”, añadió Xie.
De allí que las cifras puestas sobre la mesa en el moderno edificio de la capital china aparezcan en el fondo en una advertencia en el marco de mercados altamente inestables con cotizaciones que se disparan a las nubes ante la menor brisa desfavorable. Así fue que Xie recordó algunos indicadores que revelan la importancia que se ven obligadas a tener en cuenta las autoridades chinas sobre el factor agrario: China es hoy por hoy el país más poblado de la tierra, con poco más de 1300 millones de habitantes (ver aparte), esto es, el 21% de la población mundial. Sin embargo, a pesar de ser el cuarto país en extensión del planeta, tiene apenas el 9% de la superficie cultivable, lo que le da un promedio per cápita de tierra de 0,092 hectáreas, el 40% del promedio mundial.
Durante años, la explotación de la tierra fue un problema para China. La cuestión se hizo particularmente complicada luego de la revolución del 1 de octubre de 1949, cuando nace lo que se conoce como la  Nueva China, cuando Mao Zedong y el Partido Comunista toman el poder. Porque en ese lapso pocas veces la producción campestre alcanzó para satisfacer las necesidades del resto de la población. Hasta que a la muerte del líder comunista, en 1975, se abrieron vientos de cambio para el sistema de propiedad y aprovechamiento de los recursos. Que formalmente aparecen en 1978, con la apertura de la economía impulsada por Deng, pero que en realidad se vislumbraban desde que en 1972 Mao y el entonces presidente estadounidense Richard Nixon sellaron un acuerdo que conformó una amistad hasta entonces inconcebible entre los dos países.
En el caso de las zonas costeras de China, la apertura significó el salto al desarrollo más formidable en la historia de la humanidad, con tasas de crecimiento que rondaron un impresionante 10% durante varios años.
Pero este crecimiento, que disminuyó fuertemente la pobreza, se hizo a expensas del traslado de población de zonas agrarias a las nuevas ciudades que se construyen en forma acelerada. China, una nación esencialmente agraria, hizo la experiencia de urbanización más acelerada del género humano, al llevar un promedio de 20 millones de personas de la vida rural a la urbana. Aun así, hoy tiene la mitad de sus habitantes viviendo en el campo. A pesar de que todavía el índice de construcción es asombroso y visible por cuanta parte del territorio quiera recorrer el visitante.
De hecho, entre los objetivos estratégicos del gobierno para el área agrícola en el próximo quinquenio, uno es la seguridad alimentaria, que incluye la soberanía en cuanto a la producción agraria en condiciones de sanidad adecuadas. El otro es aumentar el bienestar de los pobladores rurales, como para "fijar" su residencia en áreas agrícolas y que no se vayan a buscar mejores oportunidades a las ciudades, donde como se entenderá crearían un problema social de consecuencias nefastas.
Para mostrar la forma en esta sociedad enmarcada en un sistema comunista pero con amplias facilidades para la iniciativa privada es que el gobierno invitó a la prensa latinoamericana. Tiempo Argentino fue uno de los pocos que tuvo el privilegio de hacer el recorrido.    «
 

Como el INTA, pero a escala enorme

La propiedad de la tierra en China es colectiva. Puede decirse entonces que no pertenece al Estado, pero tampoco a los particulares. Con 121 millones de hectáreas cultivables pero un nivel de desarrollo alocado que implica la urbanización acelerada y la creación de parques industriales que le quitan un promedio de 200 mil hectáreas anuales al campo, la explotación de la poca tierra que queda es no sólo un desafío sino una necesidad imperiosa. Y según reconocen funcionarios del gobierno, la producción no se caracterizó por sus altos rendimientos durante el período más ortodoxo de la revolución comunista. En los 20 años que fueron de 1958 a 1978, los granjeros recibían una paga de acuerdo al trabajo realizado en los campos, y el gobierno compraba compulsivamente y fijaba los precios de acuerdo a evaluaciones alejadas de las cotizaciones o los costos de producción.
Desde la apertura económica, se implementó un sistema de propiedad colectiva pero cada grupo familiar tiene un derecho de gestión, que es transferible y heredable. Se cambió también en esa época el modo de venta de los productos, y los productores, que no sólo pueden asociarse para crear unidades de explotación más racionales, ahora venden de acuerdo a precios de mercado y siguiendo la cadena de distribución más conveniente.  Incluso a compañías o cooperativas que se dedican a la distribución.
Se formalizaron también cooperativas que, en el caso de las zonas más apropiadas para el cultivo de granos y que se van mecanizando a un ritmo  inusitado, implican también la creación de otros emprendimientos colectivos asociados de conductores de la maquinaria. De este modo, los ingresos de los trabajadores del campo treparon de unos 4000 yuanes al año a cerca de 10 mil. Cien yuanes equivalen a poco más de 73 pesos argentinos a la cotización oficial.
Una de las granjas que visitó el contingente de periodistas latinoamericanos fue el complejo de Hailaer, unas 3000 hectáreas en la Mongolia interior, una región autónoma que linda con Rusia, donde se creó también un centro de investigación para el desarrollo de nuevas técnicas de producción y el mejor y más racional aprovechamiento de los fertilizantes y el agua, otro bien escaso en el país asiático.
En cada rincón de China hay laboratorios especializados de mayor o menor dimensión. Además, existe una Academia de Ciencias Agrarias que tiene un conglomerado de centros de investigación sobre cada uno de los cultivos y producciones del campo a nivel federal. Una suerte de INTA, creado  también en 1957, pero de dimensiones estratosféricas.
Cuenta con centros especializados en el desarrollo de semillas, en biotecnología, en sanidad y desarrollo animal, vegetales, flores, hidroponía  y piscicultura. Tienen incluso un Instituto de la Batata.

El pico argentino

A pesar del control de la natalidad que se aplica desde 1979 –planificación familiar, como lo bautizó el gobierno–, el crecimiento poblacional es por ahora indetenible en ese país. Las estimaciones más fundamentadas calculan que la población recién se "estabilizará" hacia 2040, con un total de cerca de 1600 millones de habitantes. Más allá de ese número corre riesgo tanto la alimentación como la provisión de agua y hasta la eliminación de los residuos.
Ahora, indican en los centros académicos, nacen 17 millones de bebés por año y la tendencia es a un crecimiento de la edad promedio de la población, a caballo de mejoras en la alimentación y la atención sanitaria de grandes capas de la población. La cifra total de habitantes que tiene China, por lo tanto, es siempre un número fluctuante.
Actualmente, se comentaba en los corrillos del grupo de periodistas que recorrió la región agropecuaria del Noreste, son "1300 millones y pico" de habitantes. El pico, unos 40 millones, es la población total de la Argentina.

Tiempo Argentino
Setiembre 9 de 2012

sábado

Nacido en 4 de Julio

El inicio de conversaciones de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue recibido con aprobación por todos los gobiernos latinoamericanos y europeos. La única voz discordante fue la del ex presidente Álvaro Uribe, un enamorado de la eliminación física del oponente como método para desarticular una lucha interna que ya lleva más de medio siglo.
Dos veces presidente (2002-2010)  y el puntal más firme del Pentágono en esta parte del planeta en décadas, acusa de traidor a Santos y señala que el diálogo sólo beneficiará al venezolano Hugo Chávez en medio de su campaña reeleccionista y "luego de haber sido cómplice de las guerrillas".
 "Para hacerse publicidad electoral, lavarse la cara y aspirar a la reelección quiere aparecer como el promotor de la paz en Colombia, es un tremendo engaño", despotricó Uribe en un reportaje al diario chileno La Tercera.  Para el ex mandatario colombiano, Santos comete varios errores al privilegiar el diálogo. "El gobierno va a esta mesa de negociaciones con una seguridad debilitada y al terrorismo con recrudecimiento (…) empiezan la negociación sin exigirle un cese verificable de actividades criminales (y además) ¿Van a negociar el narcotráfico con el principal cártel del narcotráfico del mundo como son las FARC?"
Para tratar de entender semejante disgusto contra su sucesor en el gobierno colombiano convendría adentrarse un poco en la controvertida historia personal del hombrecito que dirigió los destinos de ese país hasta hace dos años y que en sus ocho años de gestión apeló a todas las triquiñuelas posibles para cumplir su voluntad, al nivel de un chico caprichoso pero bendecido por los poderosos de turno.
Hijo de una de las mayores fortunas de Medellín en su momento, Uribe Vélez pasó por los mejores colegios con medalla de oro y realizó cursos en Harvard y Oxford, como corresponde a quienes aspiran a un destino dirigente en sus países. Comenzó su vida política desde muy joven, y ya a los 28 obtendría el cargo que más satisfacciones debe de haberles dejado a sus parientes y favorecedores, al decir de sus críticos y sobre todo de informes de la DEA, el organismo estadounidense para el combate del tráfico de drogas. Es que entre 1980 y 1982 Álvaro Uribe Vélez fue director de la Aeronáutica Civil durante la presidencia de Julio César Turbay. Desde allí se encargaba de otorgar licencias para la construcción de aeropuertos y autorizaba el patentamiento de aeronaves a empresas y particulares. 
Era un puesto clave para alguien que quisiera beneficiar al mejor negocio para un colombiano de esos años. El transporte de sustancias ilícitas necesita de pistas de aterrizaje convenientes y aparatos medianamente legalizados.
Otro agregado a su currículum: las familias Uribe y Vélez tienen lazos de parentesco con los Ochoa, pero además, Álvaro se encargó en sus inicios de estrechar vínculos con Pablo Escobar Gaviria.  Todos sus parientes también participaron de estas relaciones. Luego estas amistades se convirtieron en salvavidas de plomo. Sobre todo desde que su padre, Alberto Uribe Sierra, fuera asesinado en un confuso incidente al bajar del helicóptero Hugues-500, con matrícula HK 2704X, en la finca Guacharacas, de Antioquia, el 14 de junio de 1983. 
El hombre, de 47 años, era criador de caballos y un fuerte hacendado, aunque fue acusado por los zares de la droga de haber sido el primer narcotraficante en la historia de ese país. Como sea, oficialmente cayó baleado por efectivos de las FARC cuando resistió un intento de secuestro, una interpretación que no comparten organismos como la DEA.
Uribe Sierra había dejado tantas deudas que sus herederos tuvieron que salir a  vender gran parte de las propiedades para quedar al día. La piedra en el zapato, sin embargo, fue el helicóptero. Que estaba en la mira del ministro de Justicia de Belisario Betancur, Rodrigo Lara Bonilla, desde que a principios de marzo de 1984 policías nacionales y agentes de la DEA allanaran la mayor factoría de cocaína de la selva colombiana, Tranquilandia, un complejo de 19 laboratorios con 8 pistas de aterrizaje en la zona de Caquetá.
Lara Bonilla solía lamentar que la sociedad colombiana estuviese tan imbricada con el comercio de narcóticos, y como ejemplo solía mencionar a Uribe Vélez y a su padre Uribe Sierra. Y en Tranquilandia apareció la famosa nave, que los deudos del criador de caballos todavía tenían a su nombre pero no alcanzaron a explicar por qué había volado hasta esa lejana región del sur colombiano.
Pocos días después del hallazgo, el 30 de abril, el ministro caía atravesado por una ráfaga en un barrio del norte de Bogotá. Lo masacraron dos sicarios que iban en una moto Yamaha DT 175.  Lara Bonilla pertenecía al Nuevo Liberal, el partido que había fundado con Luis Carlos Galán Sarmiento. Este punto es importante para entender el drama que viven los colombianos desde hace décadas. Porque el 18 de agosto de 1989 también sería asesinado Galán Sarmiento, por entonces candidato a la presidencia. Galán Sarmiento era hijo de Mario Galán, otro destacado dirigente liberal que había sido perseguido luego del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948. Testigo privilegiado de ese momento histórico fue el joven estudiante cubano Fidel Castro, que lo tiene como un hito de su aprendizaje político. El crimen es el principal antecedente para el nacimiento de los grupos armados.
Andando el tiempo, en 2002, Uribe Vélez llega a la Casa de Nariño con un abrumador 52,8% de votos. El enfrentamiento con las FARC fue desde ese día feroz. Hasta que en 2004, dos publicaciones de Estados Unidos que no pueden ser caratuladas de izquierdistas (Newsweek y El Nuevo Herald) publicaron documentos desclasificados de la DEA de 1991 con un listado de personajes de la vida colombiana vinculados con el narcotráfico. Una especie de quién es quién en el que el puesto 82 le cabe a Uribe Vélez, a quien el organismo estadounidense define como "un político colombiano dedicado a la colaboración con el Cártel de Medellín en los más altos niveles (…) Su padre fue asesinado por su conexión con los traficantes de narcóticos (…) Uribe es un cercano amigo personal de Pablo Escobar Gaviria", el que fuera capo máximo del Cártel de Medellín.
Los papeles fueron obtenidos por la National Security Archive, una ONG financiada por la Carnegie Corporation, la MacArthur Foundation y la Fundación Ford.  Claro, la publicación no es inocente, ya que cuestiona a Uribe porque como senador se había opuesto a la extradición de los zares de la droga a Estados Unidos. Pero se ve que hizo tanto efecto como para que siendo presidente solidificara sus lazos con las políticas más regresivas de Estados Unidos hacia la región. 
En el camino, Uribe se enfrentó con los gobiernos populares de sus alrededores con una visión del mundo fanatizada como tan sólo pueden hacer los recién conversos. Su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, autorizó en marzo de 2008 la incursión ilegal en tierra ecuatoriana que terminó con la vida del líder guerrillero Raúl Reyes, metiendo a su país en un brete diplomático con el gobierno de Rafael Correa.
Tenía todo listo para dejarle una perla al mismo Santos, su sucesor, cuando semanas antes de entregar el poder, en 2010, potenció al límite sus hostilidades con Chávez, acusándolo de proteger a las FARC. El conato bélico fue abortado por el entonces secretario de Unasur, Néstor Kirchner, en un acuerdo tan duradero que para muchos es el eje en que Santos se apoyó desde que llegó al gobierno.
Por eso no extraña que el solo anuncio de que Santos abría negociaciones en Oslo y luego en La Habana pusiera los pelos de punta a Uribe, quien en el reportaje al diario chileno le recordó que "en buena parte del electorado lo votó para que continuara unas políticas, las nuestras, que él se comprometió a continuar".
Cualquier acuerdo de paz exitoso deja sin uno de los principales argumentos a las bases que Estados Unidos desplegó en un territorio como el de Colombia, donde menos podría esperarse una anuencia con Washington.  Como que se están por cumplir cien años de que el presidente Theodore Roosevelt forzara la secesión de la provincia de Panamá para construir allí el canal que le dio el decisivo control del comercio marino a la nueva potencia imperial.
Para la gran mayoría de la población el tema pasó al olvido y Uribe no tiene la menor intención de revisar esa cuestión. Será porque nació un 4 de julio. El día de la independencia de Estados Unidos.

Tiempo Argentino
Setiembre 8 de 2012

domingo

Los vientos que soplan en el mundo

Las palabras de Barack Hussein Obama resonaron en la Universidad egipcia y el eco se extendió a todo el mundo. "He venido a El Cairo para buscar un nuevo comienzo entre los Estados Unidos y los musulmanes de todo el mundo, un nuevo comienzo basado en el interés mutuo y el respeto mutuo, y en la verdad de que América y el Islam no son realidades excluyentes (sino que) debemos compartir los principios que nos son comunes –los principios de la justicia y el progreso, la tolerancia y la dignidad de todos los seres humanos." Fue a principios de junio de 2009 y Obama recién había llegado al gobierno montado en un puñado de promesas de cambio que el tiempo fue opacando.
Estos cuatro años de gestión del primer presidente no blanco en la historia de Estados Unidos, sin embargo, mostraron pocas modificaciones de peso en la política exterior de la potencia imperial. Lo que dejó un sabor amargo entre quienes apoyaron a Obama desde el sector más progresista de la sociedad en 2008. Sobre algunas de estas lamentaciones hincó el diente Clint Eastwood en la Convención Republicana de Tampa, Florida, que ungió la fórmula Romney-Ryan para suceder al demócrata. Aunque claro, entre las facturas que le pasó el director cinematográfico no figura el incumplido cierre de la cárcel de Guantánamo.
A pesar de todas las críticas que se le hace desde todos los sectores –tanto de la derecha más cerril como de los "radicals"– algún día tal vez se le compute a su favor que la llamada Primavera Árabe es una consecuencia de la iniciativa de Obama. Una iniciativa que se plasmó en la tierra de los faraones –y como quien dice en las narices del todavía hombre fuerte Hosni Mubarak– con su ya famoso discurso.
Como sea, el flamante presidente egipcio, Mohamed Mursi, ya dio la nota cuando pateó el tablero cuando ganó una elección que se le mostraba hostil. Surgido en medio de las desconfianzas del establishment internacional y con una debilidad propia de una transición pergeñada para salvar los intereses de los militares egipcios, Mursi quiere dar señales de que piensa hacer de Egipto una referencia inevitable a la hora de encarar la problemática árabe.
Por lo pronto, y luego de una entrevista con la secretaria de Estado Hillary Clinton en El Cairo, desplazó de un plumazo a los uniformados que intentaban sofocar su gestión, y acto seguido salió al mundo a mostrarse en su nuevo rol.
Su primera visita fue a Arabia Saudita, donde llegó con tono conciliador. No es para menos: desde que el régimen de Mubarak se fue anquilosando en una estructura corrupta que se aprovechaba de las ventajas de una relación privilegiada con Estados Unidos, Egipto había dejado de intervenir en las decisiones importantes en su vecindario. El papel lo fue ocupando el reino de la dinastía Saud, que no se caracteriza por ser un paraíso de la libertad y los derechos civiles, pero garantizó un seguimiento sin fisuras a las políticas de Washington durante décadas.
En la sureña ciudad portuaria saudí de Jeddah, Mursi planteó ante el rey Abdullah sus intenciones en torno de la estabilidad regional. "Nuestras discusiones fueron fructíferas y constructivas, y en el interés de Egipto, de Arabia Saudita y de los pueblos de la región", le contó a los periodistas que lo esperaban a la salida de la reunión.
La segunda pasada por Migraciones del mandatario surgido de las filas de los Hermanos Musulmanes fue en Beijing. En la capital china, el ingeniero y docente universitario egipcio se reunió en el Palacio del Pueblo, frente a la histórica plaza de Tiananmen, con el primer ministro Wen Jiabao y el vicepresidente, Xi Jinping. Seguramente haciéndose eco del discurso de Obama, que en aquel lejano 2009 señaló su voluntad de aportar a la creación de dos estados "en los que palestinos e israelíes vivan en paz y con seguridad", China y Egipto firmaron un documento en que apoyan la creación del Estado palestino. Pero también hablaron de negocios y de la forma en que Beijing podría ayudar al crecimiento del país árabe, ávido de capitales para reducir la pobreza y la inequidad en grandes capas de su población.
De allí se fue a Irán, donde se desarrolló el encuentro de los Países No Alineados (NOAL). Egipto ejercía la presidencia del organismo y debía entregarla a Irán. Era una prueba de fuego para Mursi, quien fustigó al gobierno de Siria y dio un fuerte respaldo a la oposición a Al Assad, a la que interpreta como la expresión de las protestas sociales contra regímenes similares a las que lo depositaron a él mismo en el poder. Lo que obviamente despertó las críticas más feroces en Damasco.
El apoyo a la revolución en Siria, sostuvo Mursi, es "un deber moral y una necesidad política y estratégica". Del encuentro en Teherán también participó el secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, a pesar de los cuestionamientos de Israel y Estados Unidos, quienes le advirtieron que Irán habría de utilizar su presencia para su beneficio político particular.
Ban, en cambio, aprovechó la cumbre para decirle a los gobernantes iraníes –en su propia tierra– que negar el Holocausto resulta inaceptable para el organismo internacional. Más aun, que "alegar que otro Estado miembro de ONU, como Israel, no tiene el derecho a existir o describirlo en términos racistas no sólo es totalmente equivocado, sino que socava los principios que nos hemos comprometido a defender".
En Tampa, mientras tanto, las críticas hacia la política exterior de Obama, a la que los duros del partido consideran timorata, no dejaron de extenderse dentro de un partido que busca apoyo en las elecciones de noviembre para un retorno a aquel mundo que construyeron los Bush desde la caída de la Unión Soviética. Romney, sin ir más lejos, había asumido fuertemente la defensa del estado judío en su gira a Israel en julio pasado.
"La paz viene de la fuerza", exageró en la Convención republicana la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice, en un mensaje desafiante contra Rusia y China, a los que acusó, entre otras cosas, de bloquear iniciativas de paz en Siria. El ex candidato presidencial John McCain, quien perdió contra Obama en 2008, no quiso quedarse atrás y destacó que su país lideró "desde la vanguardia, jamás desde la retaguardia. Esto es lo que hace a EE UU una nación excepcional: no se trata sólo de quiénes somos, es el récord de lo que hemos hecho". Otra muestra de cómo la ostensible disminución de la influencia estadounidense en el resto del mundo puede repercutir en los futuros comicios.
En otra señal de los vientos que soplan en el mundo, también hizo pie en Beijing la canciller alemana Angela Merkel. La líder conservadora, se dijo oficialmente, intentaba calmar "la inquietud" china sobre la zona euro, cuando por primera vez en décadas las estadísticas muestran una mengua en el crecimiento del país asiático. El premier Wen Jiabao le prometió que seguirán invirtiendo en la Unión Europea, firmó contratos para comprar 50 aviones Airbus y para la apertura de plantas industriales de Volkswagen y EADS, fabricante de artilugios de defensa, en tierra china.
Merkel, finalmente, se fue tranquila.

Tiempo Argentino
Setiembre 2 de 2012