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Cuba actualiza el modelo económico

"El primer paso para superar un problema de manera efectiva es reconocer su existencia en toda la dimensión y hurgar en las causas y condiciones que han propiciado este fenómeno", propuso el presidente cubano, Raúl Castro, a principios de julio en la Primera Sesión Ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional. El discurso del hermano del líder de la revolución duró algo así como dos horas y se caracterizó por no escatimar críticas hacia la sociedad al tiempo que agregaba detalles sobre el avance de las nuevas medidas económicas puestas en marcha desde que llegó al poder sucediendo a Fidel. El mensaje fue que hay que corregir errores, que no se van a cambiar los fundamentos del modelo socialista pero también que es necesario revisar códigos y conductas sociales que, a su modo de ver, ponen en peligro el proceso revolucionario iniciado hace justo seis décadas.
“Hemos percibido con dolor, a lo largo de los más de 20 años de período especial, el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”, dijo Castro, tras advertir que “una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado” y explayarse sobre otras costumbres que alarman a la generación que protagonizó las luchas contra la dictadura de Fulgencio Batista. Luego habló de la nueva política económica no sin antes aclarar cuál es el límite para los cambios propuestos: "A mí no me eligieron presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución".
El contraste de esta época de transición se percibe en las calles de La Habana y del resto del país, donde las nuevas posibilidades de desarrollo individual presentan expectativa y la gente va dejando lentamente la modorra caribeña o la queja en sordina para plantearse nuevas actividades y proyectos.
Para mostrar en qué consisten esos cambios y de qué modo se están implementando, el gobierno cubano armó un programa para periodistas de todo el mundo ávidos de conocer de primera mano qué ocurre con la isla. Entre ellos estuvo Tiempo Argentino, el único medio de América del Sur en esta recorrida que se abrió con una presentación del vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo Jorge, el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social. Es decir, el encargado de que la llamada Actualización del Modelo Económico Cubano funcione.
Murillo es economista y docente universitario, y recalcó en una conferencia de prensa que el nuevo modelo implica que “la propiedad social de los medios fundamentales de la producción va a seguir en el marco del socialismo”, es decir, bajo control estatal. Pero señaló al mismo tiempo que “el Estado no puede ocuparse de todo”. Así se explica que el eje de las medidas pase por dejar en manos de sectores no estatales o individuos una parte de la creación de riqueza, el fundamento de todos estos cambios.
Porque como las autoridades cubanas no dejan de mencionar, la economía de la isla necesita lograr eficiencia para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y aún sostener los fundamentos de la revolución. “Necesitamos crear una sociedad socialista próspera y sostenible”, repite Murillo. La frase es el lema para este proceso de renovación económica.
Murillo deslizó luego algunos conceptos sobre lo que habrá de significar este cambio para una sociedad que viene golpeada por más de 50 años de bloqueo económico por parte de EE UU y a la que la caída del bloque socialista debilitó peligrosamente.
“Las transformaciones comenzaron con la eliminación de prohibiciones a la venta de casas y a proyectos en el sector del transporte” enumera Murillo, tras recordar que los primeros esbozos de esta nueva etapa se fueron dando con los años, desde que en los 90 se crearon emprendimientos mixtos para la explotación turística y surgieron los primeros cuentapropistas. 
Hoy el número de trabajadores individuales suma 429.500 dirá en su momento Carlos Mateu, vocero del Ministerio de Trabajo. Las cifras oficiales muestran que en los últimos meses se abrieron 197 cooperativas, 124 de ellas ya en funcionamiento y 71 más en proceso de acreditación. La mayoría de los nuevos emprendedores trabajaban en alguna dependencia del Estado, la mayoría de ellas atestadas de personal, como registró el propio Raúl Castro al anunciar en 2011 que cerca de un millón de empleados públicos deberían plantearse empleos no estatales porque el país debía encarar una etapa con mayor eficiencia. 


Es que, a diferencia de un país capitalista, el socialismo no se puede permitir dejar a la gente en la calle; cuando la crisis de los 90, muchos trabajadores de la industria azucarera, por mencionar a una, pasaron al estado (ver aparte). “Hoy la desocupación, es decir la cantidad de personas que buscan trabajo y no lo encuentran, es del 3,2%”, detalla Mateu, para quien el desafío es subir los niveles de productividad en rubros como la construcción y la agricultura.
Aquí aparece un problema que viene acuciando a Cuba desde hace también dos décadas: la doble moneda. Los nativos se manejan en el mundo del peso cubano, el CUB, mientras que para el sector relacionado con el turismo rige el CUC o peso convertible. Castro ya adelantó que se va hacia la unificación monetaria. Murillo especificó que se estudia la forma de terminar con esa dualidad económica, social y cultural “pero sin aplicar terapias de choques”. Esto es, sin generar un proceso inflacionario que termine de licuar los ingresos. Un punto importante es que paralelamente habrá de cambiar la política de precios “para subsidiar a las personas y no a los productos”.  Otro punto es que los cambios también pasarán por una nueva política impositiva, algo a lo que la sociedad no estaba acostumbrada (ver aparte).
Pero este programa de renovación tiene otra pata, que pasa por las inversiones externas. El vicepresidente Murillo no tiene dudas de que “es difícil el desarrollo sin inversión extranjera”. De hecho, hay más de 190 emprendimientos mixtos, todos ellos con mayoría estatal, en áreas como la minería y la generación de energía eléctrica. Los privados, de acuerdo a la ley de inversiones en vigencia desde hace años, no tienen la propiedad absoluta ni pueden vender sus acciones sin la autorización de su socio estatal, según detalla el viceministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Antonio Carricarte. Lo que ahora el gobierno pretende es que quienes se acerquen aporten en cinco temas puntuales, dijo Murillo: “tecnología, financiamiento, mercado, empleo y know how administrativo”. Para despertar la vocación exportadora de los cubanos y estimular las fuerzas productivas internas y sustituir importaciones en rubros fundamentales como los combustibles y los alimentos. Pero todo esto se irá haciendo en forma paulatina. “El éxito consistirá en mantener el equilibrio macro mientras se da espacio al mercado y la creación de la riqueza”, sostienen en el gobierno. “Acelerar los cambios es peligroso”, entiende Murillo.



Un nuevo contexto para el intercambio comercial
El viceministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera cubano (MINCEX), Antonio Carricarte, descartó de plano que se vaya a modificar la ley de inversiones extranjeras, aunque señaló que la actualización del modelo económico podría significar la actualización de algunas normativas puntuales. De todas maneras, el funcionario aseguró que se estudia una nueva cartera de negocios para ofrecer a socios internacionales en áreas clave como la minería, el turismo, energías renovables y la industria alimentaria. En tal sentido, y en un aparte con Tiempo Argentino, deslizó la propuesta de que empresarios locales puedan aportar su expertise en el área de la agricultura y la alimentación. 
Al mismo tiempo, Carricarte dio algunas cifras sobre el comercio exterior de Cuba. Y computó que el 70% de las exportaciones –unos 10 mil millones de dólares– corresponden a la venta de servicios al exterior. La cifra incluye al turismo, uno de los motores de la economía actual, que ingresa unos 2500 millones de dólares, pero también la oferta de servicios de salud, de medicinas y de profesionales a otros países, un rubro en que los cubanos figuran entre los más desarrollados del mundo. Si bien en este caso los números son menos precisos, algunas fuentes estiman en unos 6.000 millones de dólares  la exportación de servicios médicos. Gran parte del comercio con Venezuela se basa en este rubro, que se intercambia con el petróleo del país bolivariano. Carricarte destacó los convenios que se analizan para proveer médicos a Brasil, que por otro lado es un fuerte jugador en el mercado cubano, donde construye el Puerto Mariel, a unos 30 kilómetros de La Habana, donde habrá una zona especial que bien podría servir para la instalación de industrias livianas. También es una empresa brasileña la que se asoció para la administración del complejo azucarero (ver aparte). El níquel es otro importante producto de exportación y si bien una de las minas fue cerrada estos días porque daba pérdidas, la planta procesadora Pedro Soto Alba, se mantiene a todo vapor. Se trata de una sociedad mixta con canadiense Sherrit International, que también participa en plantas de generación de energía eléctrica a partir del gas.
 
La medicina sigue siendo el estandarte de la revolución
Si hubo un área donde la revolución se desarrolló con mayor ímpetu, esa es la de la ciencia médica. Así lo destacó Gustavo Sierra González, director de Política Científica de BioCubaFarma, el holding creado a fines de 2012 para concentrar a las industrias biotecnológicas y farmacéuticas cubanas. Y los números lo confirman: un país que tuvo que alfabetizar a la mayoría de la población desde 1959 –además de que se quedó sin médicos porque la mitad de los 6000 que había en la isla emigraron–, hoy se jacta de contar con 236 entidades de ciencia e innovación tecnológica, 130 centros de investigación. Además, tiene 528 investigadores, dos mil científicos e ingenieros y 943 doctores en ciencias por millón de habitantes. 
Gran parte de los ingresos en divisas de Cuba provienen de los servicios que presta este cluster productivo de alta especialización. Se supone que hay algo así como 40 mil trabajadores de la salud esparcidos por el mundo, entre ellos unos  15 mil médicos, 2300 oftalmólogos, 15 mil licenciados, 5000 técnicos de la salud y 800 empleados de servicio en los cinco continentes. Sierra González señaló que en el sector farmacológico se desarrollan unas 200 patentes por año y que hay proyectos mixtos con laboratorios extranjeros para unos 1600 “objetos de invención”. Las vacunas cubanas contra la meningitis y el tétanos se venden en todo el mundo y hay tratamientos contra varios tipos de cáncer y contra la diabetes mellitus. Mediante acuerdos y joint ventures también se producen en el exterior. 
Otro emprendimiento paralelo, el Sistema Ultra Micro Analítico (SUMA) desarrolló toda una línea de avanzada para el diagnóstico y la prevención. En Argentina tiene acuerdos con el Hospital Posadas, de Haedo, donde se utilizan algunos de esos aparatos para operaciones cerebrales.
 


Campesinos, usufructuarios y organización cooperativista
Ricardo Lazo Martínez ahora quiere hacerse la vivienda en el campo que usufructúa. Las nuevas medidas se lo permiten. y lo quiere aprovechar. El agricultor explota una extensión de "una caballería", una medida cubana que equivale a 13,42 has. Tiene un Buick modelo 47 del que se siente orgulloso y un tractor soviético. “El bloqueo nos traba la compra de insumos”, dice.
Cerca de su campito está la Cooperativa Héroes de Yaguajay, en Alquízar, un municipio de la provincia de Artemisa, lindante con La Habana. Allí Alfredo Acosta, el presidente de la cooperativa, explicará que ahora venden el 53% de su producción al Estado y el resto al mercado. Que tienen unas 400 hectáreas donde 200 cooperativistas que cultivan todo tipo de productos como tabaco y papas, pero se especializan en la cría de búfalos y ganado de la raza Siboney, una cruza desarrollada a partir de instrucciones del propio Fidel Castro, dice Acosta. Las cifras indican que es una de las más productivas de la región y que tienen a unos 600 animales. Por allí también hay otra cooperativa de servicios, que hace su aporte en unas 950 hectáreas pertenecientes a 114 fincas. 
Las 10 claves de los cambios
1.- El lema es crear “una sociedad socialista prospera y sostenible.
2.- Dejar en manos de particulares rubros de la economía en que el estado no es ineficiente. Las grandes industrias seguirán en manos estatales aunque pueden participar empresas extranjeras.
3.- Separar las funciones administrativas del estado de las tareas propductivas. Mantener el sistema de protección social y el desarrollo educativo de la población.
4.- Apostar a los rubros donde Cuba resulta competitiva: salud, tanto con personal como investigación y desarrollo de tecnología y medicamentos; turismo; algunas industrias extractivas como el níquel; energías renovables.
5.- Utilizar la fuerza creativa de los emprendedores individuales para generar riqueza en la sociedad.
6.- Comenzar a aplicar impuestos en áreas donde no eran necesarios para redistribuir la riqueza creada.. Apoyo crediticio a nuevos emprendedores. 7.-  Que los precios en los productos e insumos agropecuarios comiencen a basarse en el mercado y no en decisiones administrativas.
8.- Dar tierras improductivas en usufructo a campesinos individuales o cooperativas eficientes. Las transformaciones más profundas se pondrán en marcha en 2014
9.- Eliminación de la doble moneda. Aumentar niveles de eficiencia por aumento de productividad. Subsidiar a las personas y no a los productos.
10.- La fuerza laboral de 5,1 millones de personas está empleada hoy en un 77% en instituciones estatales y  23% en actividades no estatales. Hay 429500 trabajadores cuentapropistas.
El 1 de julio comenzaron a funcionar 124 cooperativas no agrarias y hay otras 71 en proceso de acreditación.
Enrique Ubieta Gómez, periodista: "Hay que garantizar la posibilidad de explotar al máximo las capacidades individuales que hemos creado"

“Lo que hay que entender es que el socialismo no es un lugar de llegada sino un camino hacia otra parte”, se ataja Enrique Ubieta Gómez, director del mensuario La calle del medio y autor de varios libros, entre ellos Cuba: ¿revolución o reforma?, para el cual realizó al menos 8000 entrevistas con jóvenes de todo el país que le sirvieron para conocer lo que piensan de esta particular etapa de la isla. 


La respuesta de Ubieta parecía una justificación para un proceso de cambios que desde algunos sectores ideológicos es visto como una renuncia a los principios con que aquel grupo de seguidores de Fidel Castro iniciaron la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista en la Sierra Maestra. “Estas construyendo un camino del que no tienes un plano ni un mapa a mano para hacerlo. Hace algunos años existían (por el bloque socialista), pero estaban equivocados o por lo menos se evidenció que no conducían al lugar que se deseaba.”
El periodista, hombre de la primera generación luego de la revolución, fue testigo de otros tiempos, y sus charlas con estos chicos que nacieron luego del período especial, tras la caída de la Union Soviética, cuando todo faltaba a la población, le permitió entender que estos cambios de alguna manera son inevitables. 
"Mi generación vivió todo el proceso concientizador de la revolución en un momento en que existían situaciones económicas normales y solidarias con el campo socialista, cuando había posibilidades de satisfacer las necesidades más elementales para todos y, por lo tanto, tuvimos otra experiencia vital. Los que nacieron con el período especial han enfrentado otra realidad. Yo jamás conocí lo que era la prostitución en Cuba, mi padre me contaba, pero para mí no existía. Era muy raro encontrar una persona en la calle pidiendo dinero. No existía.
–¿Cómo tomaron ustedes todos esos cambios?
–Con tristeza, con dolor. Mi generación tuvo una preparación política profunda y sabemos que no se puede entender un proceso local sin entender un proceso global. Hoy existen algunas diferencias sociales que no existían en mi época. En los años ‘70 hubo mucha carencia material pero la gente vivía con un total acuerdo y vivía la revolución con pasión. Yo iba a las fiestas con botas y cuando aparecieron en el mercado unos zapatos que imitaban a un modelo italiano, pero de plástico, las colas para comprar ese zapato eran gigantescas y nosotros íbamos muy felices con esos zapatos. Aquel momento nos abarcaba a todos.
–Era todo más igualitario
–Era mucho más igualitario. En los ‘80 hubo un aparente despegue y empezaron a haber más cosas para vestir y para comer. Entonces yo iba una vez al mes a comer al Floridita (uno de los lugares preferidos de Ernest Hemingway) con mi esposa. O antes de casarme podía hospedarme en el Habana Libre una noche o dos noches, y todo ese mundo desapareció con la caída del bloque soviético. Eso dejó de existir para las nuevas generaciones, que han vivido un mundo mucho más sórdido en los años ‘90. Fueron años de apagones, que llamábamos alumbrones, y no tenías nada que hacer a la noche, ni ver televisión ni leer, simplemente conversar en la calle por el calor, con los vecinos, mirar las estrellas. Yo he ido a todas partes en bicicleta. Fue una época muy dura pero era igualitaria, era dura para todo el mundo, los vicepresidentes del Consejo de Ministros iban en bicicleta. Las nuevas medidas se han tenido que tomar para sacar el hocico del agua en medio de un mundo capitalista y hostil.
–¿Cómo analizan eso los jóvenes?
–Los muchachos que nacieron en esta nueva etapa nacieron viendo esas diferencias, escuchando los cuentos de los padres pero viviendo otra experiencia. Con cosas garantizadas que permanecieron intactas hasta hoy pero con vivencias personales diferentes, eso no se puede obviar. Uno como revolucionario sabe que ninguna realidad subjetiva llega para quedarse y es inalterable. Un revolucionario debe actuar sobre esas realidades para cambiarla, no a nuestro antojo pero sí con nuestra voluntad y conocimiento. Yo creo que estas medidas son para salvar la revolución, para conservar lo que hemos alcanzado y buscar otro camino para seguir el rumbo. 
–Escuché gente en la calle decir que llegan un poco tarde.
–Yo no sé si llegan tarde, a lo mejor pudieron haberse hecho un poco antes, pero yo creo que son medidas que en tanto intentan tomar un nuevo camino intentan ser muy pensadas y son fruto de debate y del pensamiento de académicos y de políticos y luego de una discusión con la gente. Estos lineamientos se discutieron en todos los barrios, las escuelas, las instituciones del país para ser aprobadas. 
–¿Implican el fin del igualitarismo?
–Hoy llegamos a la comprensión de que no se puede amparar a todo el mundo por igual porque hoy no todo el mundo tiene la misma situación, sino que tienes que amparar a determinadas personas. No se trata de amparar los productos sino a las personas. Eso aparece claro porque ahora hay una diferencia entre las personas que no había antes. Diferencias que no tienen nada que ver con las que pueden existir en otros países. Aquí no hay un Carlos Slim y el 50% de la población bajo de la línea de pobreza, por decir algo. Pero no se trata ahora de eliminar esas diferencias sino hacer que sean legítimas. Que esas diferencias sean fruto de su trabajo. 
–¿Cómo se explican las ineficiencias de las que habla el gobierno en la economía?
–Al caer la economía se cerraron muchos lugares de producción cuyas materias primas venían del campo socialista. La industria terciaria, los servicios, el turismo, cobraron una importancia mayor. Hay una pirámide social que esta invertida cuando el botones de un hotel o un taxista o cualquier persona en el mundo de los servicios gana diez veces más que un profesional calificado y probablemente gane más que el gerente de ese hotel. Cada vez que baja unas maletas con que le den un solo dólar ya acumula una barbaridad en el día.
–¿Como se sale de esa doble moneda sin crear un problema mayor?
–Van a aumentar los precios, sin duda. Los precios no pueden estar tan bajos como los actuales en moneda nacional. La cuota que yo recibo subvencionada por el Estado no me alcanza para el mes completo, pero eso yo lo compro con 15 pesos, a lo sumo 20 pesos cubanos. Es nada, con menos de un dólar compro una canasta básica para diez, 15 días. Eso no se puede sostener respaldando la sobrevivencia de un sector importante de la sociedad. Es una economía subsidiada. No podría ser tan barato, tampoco puede ser tan caro como es el mundo del CUC, de la divisa. Habría que buscar un intermedio. Como todo está subvencionado los salarios han permanecido intactos desde los años ‘60, pero incrementar el salario es como el huevo y la gallina, tienes que incrementar la producción, la productividad del trabajo. Hay que hacer un pacto en algún momento donde se logre esto y creo que hacia eso se va. Lo más importante no es ahora eliminar las diferencias que existen sino que sean el resultado del aporte real y concreto tuyo a la sociedad. Y no estamos contradiciendo ninguna máxima socialista, es precisamente lo que el socialismo pretende. Lo que hay que garantizar es la posibilidad de explotar al máximo las capacidades individuales que hemos creado. Hoy no lo podemos hacer desde el Estado. Sencillamente se nos están yendo (los profesionales). 
-¿La cuestión es tratar de que no se vayan?
-Yo sé lo que Lenin planteó sobre lo que entrañaba el pequeño propietario en términos ideológicos, pero yo no me puedo plantear hoy de un modo tan rígido el horizonte de país. Tengo que hacer que este país sea próspero económicamente y tratar al mismo tiempo de construir una cultura socialista y una cultura lo más igualitaria, no igualitarista, lo más igualitaria en oportunidades y al mismo tiempo no consumista en los jóvenes. Nuestra principal riqueza hoy son las personas, nuestra política va en el sentido de que esas personas puedan realizarse espiritualmente, eso incluye laboralmente y eso incluye sus condiciones de vida, que puedan al mismo tiempo tener una calidad de vida que el país le permita, ese es el enfoque. No hay otro camino, no se vislumbra, no lo tenemos en la mano que no sea el que estamos haciendo con mucho control. Yo creo que aquí se están enfrentando dilemas en los que no había habido necesidad de pensar. Uno de esos dilemas quizás sea el de la construcción desarrollista de la sociedad y el concepto del Buen Vivir que plantea Evo (Morales). Ahora hay un nivel de debate sobre todos estos temas, hay quien está a favor de desarrollar los transgénicos cubanos, justamente porque no tendríamos la explotación trasnacional de las Monsanto y hay quienes han formado una barricada intelectual contra eso. Hay un debate sobre todas esas opciones, pero también hay urgencias. Hace algunos años esos eran debates que nada tenían que ver con nosotros pero ahora están en el día a día.
Tiempo Argentino
Julio 28 de 2013 
Las fotos son de Diego López

sábado

La derecha chilena envuelta en sus miserias



Que la derecha chilena está que arde no es ninguna novedad. Y que por ahora no tiene cómo enfrentar al que parece un indetenible regreso de Michelle Bachelet al Palacio de La Moneda tampoco. Pero las últimas movidas en la coalición conservadora que gobernó el país desde 2010 expusieron a la luz pública miserias que arrastran los sucesores del pinochetismo desde que el dictador debiera alejarse del poder luego de la consulta popular que llevó al retorno a la democracia, en 1990. Una democracia que, de la mano de los estudiantes que salieron a protestar en las calles desde 2011 puede que esta vez, y cuando se cumplan 40 años del golpe contra Salvador Allende, cambie los parámetros que le fijó el pinochetismo.
Todo indica que en noviembre se habrán de enfrentar Bachelet, en representación de la Concertación de centroizquierda que se mantuvo en el poder por 20 años. Los conservadores, de ser aprobada por uno de los partidos más importantes de ese sector, llevarían de candidata por Evelyn Matthei, ex ministro de Trabajo del actual mandatario, el empresario Sebastián Piñera. Un tercer candidato con aspiraciones, Marco Enriquez-Ominami, se introdujo como una cuña en este bipartidismo amañado por la dictadura hace cuatro años y va a reincidir. Todos ellos están ligados a ese pasado que todavía atormenta al país trasandino desde aquel 11 de setiembre de 1973 cuando se interrumpió el proceso popular que aplicó por primera vez en la región el plan económico de la llamada Escuela de Chicago mediante una de las dictaduras más criminales del cono sur. La primera experiencia neoliberal de la mano de homicidios masivos, nada menos.
Enríquez-Ominami también cumplió cuatro décadas hace algo más de un mes. Es hijo de uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Miguel Enríquez, y de la periodista Manuela Gumucio. El líder guerrillero fue asesinado en 1974 y la madre de Marco partió con el pequeño al exilio en Francia. Al cabo de algunos años la mujer  rehizo su vida junto al dirigente socialista Carlos Ominami. Marco adosó el apellido de su padre de crianza como un reconocimiento a la influencia que tuvo en su vida.
Bachelet es hija del general de aeronáutica Alberto Bachelet, un militar constitucionalista detenido por la dictadura y acusado de traición a la patria que murió a raíz de las torturas sufridas en la prisión, también en 1974. Michelle fue detenida un año más tarde y se exilió luego en la entonces República Democrática Alemana.
Matthei es hija, a su vez, del también aeronauta Fernando Matthei, compañero de armas y amigo de Bachelet. El hombre era agregado aeronáutico en las embajadas de Chile en Gran Bretaña y Suecia, con sede en Londres, cuando el golpe contra la democracia. En octubre de 1973 asume como jefe de la Misión Aérea de Chile en Londres pero dos meses más tarde es designado como director de la Academia de Guerra Aérea. Allí funcionó uno de los campos de concentración del pinochetismo y allí estuvo detenido Bachelet. Matthei sería puesto al mando de la Fuerza Aérea Chilena en 1978. Reconoció que colaboró con los británicos, con los que tenía relación previa, durante la Guerra de Malvinas y cuando Pinochet fue detenido en Londres a pedido del entonces juez Baltasar Garzón, en 1998, llamó a boicotear a empresas británicas y españolas. Ni la ex presidente ni la viuda del fallecido militar acusan a Matthei directamente, pero el caso siempre flota en el ambiente al punto que es uno de los riesgos que partidarios de la derecha ven en la campaña para competir por la presidencia.
Pero la hija del polémico comandante  de la FACH (sigla sugestiva si las hay) tiene otras cuentas más graves en su propio historial como para esclarecer en las elecciones de noviembre. Evelyn Matthei junto con Piñera y Andrés Allamand integraban un grupo de jóvenes promesas dentro de la derechista Renovación Nacional en esos primeros tiempos de la nueva republica, a principios de los 90. Eran la "patrulla juvenil" del conservadurismo. Todavía Pinochet tenía poder, porque había dejado la presidencia el 11 de marzo de ese año pero continuaba siendo comandante del Ejército y senador vitalicio de acuerdo a los términos de la constitución que había diseñado para mantener las "conquistas" logradas en su gestión de 17 años.
Hasta la aciaga noche del 23 de agosto de 1992, cuando en medio de un programa periodístico por Megavisión, A eso de…, el dueño del canal dejó a todo el mundo boquiabierto al poner sobre una mesa un pequeño grabador donde se escuchaba una conversación telefónica de Piñera con un allegado al conductor de ese mismo programa con quien arreglaba descaradamente la forma de destrozar públicamente a Matthei. A esa altura la mujer se disputaba la posibilidad de ser candidata a la presidencia del '93 con el empresario y la querían mostrar como dubitativa e inpexperta.
"La gracia es que trate elegantemente de dejarla como una cabrita chica ¿cierto? despistada, que está dando palos de ciego, sin ninguna solidez, ¿me entendís tú o no?", le decía Piñera a su amigo, Pedro Pablo Díaz, directivo de la Coca-Cola, para que le transmitiera a Jorge Andrés Richards, a quien llamaba "El Pelao".
Ricardo Claro, el dueño de Megavisión, también pertenecía a la derecha y con esa movida sepultó las expectativas de su sector para suceder a Patricio Aylwin.  El escándalo, conocido como Piñeragate o Kiotazo, por la marca del aparatito que reprodujo la pinchadura telefónica, llevaría al alejamiento de Piñera y Matthei de la RN, donde Allamand continuó haciendo carrera.
Piñera se quedó con la sangre en el ojo y con el tiempo logró revertir el bochorno. La trama, revelada por el  escritor y periodista Ascanio Cavallo en La historia culta de la transición, demuestra que Evelyn no era para nada una víctima inocente de un feroz contendiente político, sino una mujer capaz de similares bajezas con tal de llegar al poder. Porque la intercepción de la comunicación del actual presidente con su amigo gerente había sido hecha por un oscuro capitán que ejercíacomo comandante de la Cuarta Compañía de Guerra Electrónica del Regimiento de Telecomunicaciones Nº 9 Soberanía, en las alturas precordilleranas de Peñalolén, cerca de la capital chilena. Y Pinochet no era ajeno a la maniobra.
Dentro de la Unión Demócrata Independiente (UDI),  Matthei y Pîñera mantuvieron distancia luego de que se conociera la operación de la hija del general y que, según el empresario, incluyó el secuestro extorsivo de uno de sus hijos. Conocida como "bocasucia" e impulsiva, la mujer hizo carrera legislativa siempre con un tono agresivo, como para desmentir eso de "cabrita" sin convicciones. Y un par de años más tarde se encargó de enlodar de un modo impiadoso al otro "patrullero juvenil". Fue cuando en enero de 1995 avaló públicamente a un ex ministro de Pinochet, Francisco Javier Cuadra, quien había señalado en una entrevista que había "parlamentarios y otras personas que ejercen funciones públicas que consumen drogas".  Matthei aportó a un testigo que no solo corroboró esas temerarias acusaciones sino que entre ellos nombró a Allamand, que nunca pudo recuperarse del todo de esa etiqueta nefasta.
Allí puede estar la explicación de por qué se bajó prematuramente de la nominación cuando el ganador de la primaria por la derecha, Pablo Longueiras, renunció por un súbito ataque de depresión. Longueiras tuvo que dejar trizas en su camino a la candidatura dentro de la UDI, por eso extrañó su repentino bajón emocional. Un dato es que aparecía implicado en una denuncia por manipulación de los datos del censo de 2012, si se quiere un delito menor teniendo en cuenta que sólo se trató del ocultamiento de errores para mostrarlo como un éxito del que era ministro de Economía. Allamand había salido segundo por poco y hubiera sido el remplazante ideal para no "remover las olas" en la derecha.  Pero no quiso.
A todo esto, Matthei ya había hecho las paces con Piñera y fue su ministro de Trabajo y el presidente parece haberle retribuido el favor. Hay quienes dicen que en realidad apuesta al desgaste de todos sus posibles contrincantes sabiendo que no hay forma de ganar, cosa de volver triunfal en 2017. Laurence Golborne, que había ganado puntos con el rescate de los 33 mineros en 2010, ya tuvo que dar un paso al costado cuando resultó inculpado en una demanda contra Cencosud  por cláusulas contractuales abusivas con sus clientes impuestas unilateralmente cuando era gerente general de la propietaria de la cadena Jumbo. Y por no haber declarado bienes en el exterior.
En la Alianza por Chile, falta que la RN acepte formalmente la candidatura de Matthei. Una carta anónima que hizo circular uno de sus miembros recordando su sombrío pasado generó bastante revuelo estos días. Un pedido de procesamiento contra su padre por el caso Bachelet podría complicar aún más su campaña. Habrá que ver si de todas maneras apuestan por ella y deciden aceptar como argumento que nunca perdió una elección.

Tiempo Argentino
Julio 27 de 2013