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Otra oportunidad a la paz en Medio Oriente

En las últimas horas se fueron sumando reclamos desde varias regiones del mundo por una activa intervención de Naciones Unidas para detener la escalada de violencia en la Franja de Gaza. A la inicial declaración del gobierno de Estados Unidos, el principal aliado de Israel, que pide un cese el fuego con el expreso reconocimiento "del derecho a defenderse de los ataques con cohetes" provenientes del otro lado de la frontera, se agregó en las últimas horas una declaración de la vocera del Departamento de Estado, Jennifer Psaki, donde se advierte al gobierno de Benjamin Netanyahu que "nadie quiere asistir a una invasión de Gaza por parte de Israel".
En una línea similar, México mostró su preocupación por el incremento de los ataques, tanto por los cohetes como por la respuesta israelí, y computó acongojado la cantidad de palestinos muertos y, sobre todo, que entre ellos había niños.
Los países árabes, en tanto, llamaron a una reunión de emergencia de la ONU para detener el bombardeo sobre Gaza. "Queremos que el Consejo de Seguridad asuma su responsabilidad y detenga esta agresión contra nuestra gente", resumió el enviado palestino ante ese organismo internacional, Riyad Mansur.
El secretario general de la entidad, Ban Ki-moon, alertó sobre el "riesgo de una escalada total, con la amenaza todavía palpable de una ofensiva terrestre". Y para rematar. señaló que "la región no puede permitirse otra guerra (...). Es más urgente que nunca intentar encontrar comunes denominadores para que vuelva la calma y se consiga un entendimiento para el alto al fuego".
Mientras tanto, en la región sudamericana algunos gobiernos emitieron comunicados con un grado de rechazo mayor hacia la intervención israelí. "El gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia expresa su enérgica condena por los nuevos actos de violencia, perpetrados por Israel en contra del Estado de Palestina, durante los últimos días", resalta un comunicado de la Cancillería boliviana. "Hacemos un llamado urgente al cese inmediato de hostilidades. Se deben respetar y cumplir los acuerdos y tratados internacionales vigentes", finaliza el comunicado.
El gobierno uruguayo expresó a su vez una "enérgica condena a los ataques militares efectuados por Israel en la Franja de Gaza, que han provocado decenas de muertos y heridos en la población civil, en una respuesta desproporcionada al lanzamiento de cohetes contra territorio israelí por parte de grupos armados palestinos". Chile, por su lado, condenó "enérgicamente los ataques de Israel en la Franja de Gaza" y proclamó su preocupación por el incremento de la violencia. "Los condenables secuestros y muertes de tres jóvenes israelíes y de un joven palestino, no pueden servir de excusa ni para iniciar acciones terroristas, como tampoco para atacar áreas densamente pobladas por civiles", dice el comunicado de la Cancillería.
Las autoridades venezolanas, también como es de prever, tuvieron la expresión más radicalizada al condenar la ofensiva militar "injusta e ilegal" de Israel en la Franja de Gaza, aunque al mismo tiempo puntualizaron su repudio al crimen de los tres chicos, por lo que pidiieron una "profunda investigación" de esos asesinatos que desencadenaron esta situación.
La escalada bélica en Medio Oriente no es un tema de debate y llamados de atención solamente fuera de la zona o en los sitios donde los palestinos encuentran mayores apoyos. Dentro del propio territorio israelí se levantan voces que piden moderación y hasta un cambio profundo en su política de relaciones exteriores para poder alcanzar en algún momento la paz que los pueblos judío y palestino demandan.
David Grossman es un escritor y ensayista israelí conocido por su prédica por la paz. En una columna que publicó el diario Haaretz, lamenta que se haya perdido el horizonte y la esperanza de llegar a una convivencia pacífica, "como si estuviera hablando en nombre de una ley de la naturaleza, un axioma que afirma que entre estos dos pueblos nunca podrá haber paz, que la guerra entre ellos es un decreto divino, y que, en definitiva, esto siempre será malo aquí, nada más que malo".
Grossman cuenta el clima que se vive en el país para quienes mantienen la esperanza de llegar a una convivencia pacífica. "En el mejor de los casos (es tratado) de ingenuo o de un soñador iluso, y en el peor, de ser un traidor que debilita los recursos de Israel, alentando a dejarse seducir por falsas visiones."
La explicación que encuentra el autor de La sonrisa del cordero es que la derecha israelí ganó el debate. Que logró inculcar en la mayoría de la población una visión del mundo que él llama pesimista y que, agrega, "está impulsando a Israel a la parálisis en la zona más fatídica para su supervivencia, un área donde necesita más audacia, flexibilidad y creatividad. La derecha ha vencido a Israel aplastando lo que alguna vez pudo haber sido llamado 'el espíritu de Israel', esa chispa, esa capacidad de rehacernos a nosotros mismos, el espíritu del 'sin embargo, el coraje. La esperanza".
Grossman dedica su texto a la memoria de Ron Pundak, "el arquitecto de los Acuerdos de Oslo y de la Iniciativa de Ginebra", dos posibilidades concretas de llegar de algún modo hacia la paz, en 1993 los primeros, impulsados por el gobierno de Bill Clinton; una hoja de ruta de 2003 la segunda, desarrollada por intelectuales y activistas de Israel y Palestina. ¿Por qué esas posibilidades no llegaron a fructificar? Más allá de cuestiones militares y políticas –incluso de internas en la coalición gobernante de Israel, que también las hay–, el suizo israelí Carlo Strenger le añade su óptica psicológica. "Los israelíes, al igual que todos los seres humanos, son guiados principalmente por la aversión a la pérdida", evalúa, también desde las páginas de Haaretz. "La mayoría de los israelíes temen que la situación en Gaza se repita: Israel se retiró de Gaza en 2005, y el sur de Israel quedó expuesto a los ataques con cohetes desde entonces. El abandono de los controles de Israel sobre Cisjordania podría abrir los centros de su población al mismo peligro. Esta última hipótesis no es una fantasía paranoica. Irak y Siria se han convertido en focos de organizaciones yihadistas, y si Israel ya no controla el valle del Jordán y grandes partes de Cisjordania, los combatientes de Al-Qaeda podrían quedar a distancia de tiro de Tel Aviv, Kfar Sava, Herzliya y todo el centro de Israel", analiza Strenger.
Otros dos aspectos que toma en consideración el psicoanalista se relacionan con "la necesidad de una narrativa de identidad positiva y la necesidad de una ideología que nos ayude a soportar el peligro y la incertidumbre", dos "fatalidades" que los israelíes también comparten con el resto de los seres humanos.
Es así que, como una vuelta de tuerca sobre lo que piensa Grossman, el especialista de la Universidad de Tel Aviv, reconocido pacifista también –y muy crítico del rol muchas veces reñido con la moral que suelen desplegar tropas israelíes en territorios palestinos–, cuestiona que la izquierda israelí no haya dado respuesta a esta visión "preocupada" que muy bien, en cambio, aprovechó la derecha. "La izquierda ha perdido progresivamente terreno en Israel, ya que no se ha ocupado de estos temores con valentía y claridad suficiente. Con demasiada frecuencia hemos dicho a los israelíes que necesitamos poner fin a la ocupación por el bien del carácter democrático de Israel. Hemos señalado cuán racista Israel se está convirtiendo como resultado de la ocupación, y seguimos advirtiendo que Israel va a terminar siendo un Estado paria si la ocupación no termina."
Sin embargo, abunda, "los israelíes de a pie ven a la izquierda como un grupo de elitistas y arrogantes que están desconectados de la realidad y se preocupan más por los palestinos que por su propia familia. También piensan que los gentiles, particularmente en Europa, simplemente disfrutan odiar a los judíos y tirarnos debajo de un autobús cuando las cosas se ponen difíciles. En consecuencia, cada vez más israelíes compran las ideologías de extrema derecha de la intolerancia y el racismo para racionalizar la ocupación y el aislamiento internacional de Israel."
El debate puertas adentro de Israel alcanza ribetes que los grandes medios no acostumbran reflejar. Estas son apenas un par de perlitas para entender lo difícil que es darle una oportunidad a la paz, como pedía John Lennon. Y que van más allá de la geopolítica o las apetencias políticas de las dirigencias.

Tiempo Argentino
Julio 11 de 2014

Ilustración: Sócrates


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