sábado

De plazas, mercados y revoltosos

"Esto parece un estado de sitio, me imagino que habrá sido así hace 30 años.” La frase, en boca de Camila Vallejo, la joven de 23 años que lidera a los universitarios que reclaman una profunda modificación del sistema educativo chileno, sonó a descubrimiento. Pero no es porque recién tuviera conciencia de que esas escenas fueron cotidianas en las calles de Santiago por aquellos lejanos setentas. Después de todo, viene de una familia de militantes comunistas ligados al gobierno de Salvador Allende. Sin embargo, una cosa es la imagen que dejan los recuerdos de los mayores, los libros de historia o los documentales, y otra el áspero sabor de las bombas lacrimógenas, las corridas y los palazos en la propia espalda.
La represión policial, que el jueves castigó la marcha convocada por los estudiantes trasandinos y terminó con la detención de 874 muchachos, fue justificada por el vocero presidencial y primo de Sebastián Piñera, Andrés Chadwick. “La policía actuó conforme a la ley y está cumpliendo con su responsabilidad. Cuenta con el respaldo del gobierno”, sostuvo, sin reparar en que las brigadas antimotines actuaron al amparo de un decreto emitido en 1983 por el dictador Augusto Pinochet para disolver las protestas cada vez más masivas en su contra.
“Alguien se ha empeñado en que, como los ‘indignados’ han tomado la Puerta del Sol como un símbolo, pues nosotros también tenemos que tomarla como demostración de que no les vamos a dejar instalarse allí”, lamentó, a más de 10 mil kilómetros de distancia, José Manuel Sánchez Fornet. El hombre sabe algo de lo que habla, ya que es el secretario general del Sindicato Unificado de la Policía española (SUP) y en declaraciones a la Cadena SER se deshizo en reproches contra “los errores políticos” cometidos en Madrid cuando expulsaron a los “indignados” del 15M de Puerta del Sol, provocando una situación tensa que el mismo jueves dejó un saldo de al menos 20 manifestantes heridos.
María Dolores Carrión es delegada del gobierno central en la Comunidad de Madrid y, al mismo tiempo, es una profesional de carrera que asumió en abril pasado como enlace entre las dos administraciones. Por eso recordó que el PSOE está haciendo un trabajo conjunto con el ayuntamiento, en manos del PP. Si bien no lo dijo expresamente, quedó en el aire la sensación de que los dos partidos, que públicamente tienen duros enfrentamientos de cara a las elecciones adelantadas para noviembre en el plano nacional, quieren la capital “limpia” de quejosos antes de la visita programada de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Juventud, que se desarrollará en Madrid del 16 al 21 de agosto.
“No se puede desalojar un lugar por la mañana y que por la noche se reproduzca la situación. Hay que poner los medios para evitar que eso vuelva a reproducirse”, dijo la delegada, también a la Cadena SER, para justificar la carga policial que se abroqueló para que los manifestantes no vuelvan a ocupar los espacios públicos.
Se comienza a percibir en los grandes medios españoles y en los dirigentes políticos la caracterización de los “indignados” como una suerte de piqueteros a la europea. En la misma categoría en que pusieron en su momento a Evo Morales, conocido primero como el dirigente cocalero boliviano que encabezaba cortes de ruta para manifestar la voluntad de cambio de la población, harta de las mismas leyes neoliberales que están hundiendo a los países desarrollados. Todavía se recuerda el desdén con que fue tratado Morales en su primera visita a España como presidente, por haber ido a una entrevista con el rey español vestido con su ahora tradicional chompa.
Temiendo esa tercermundización, será que el dirigente gremial policial Sánchez Fornet recomendó a los 15-M “organizarse de otra forma”, o sea, sin cortar el tráfico, para luchar mejor por la “noble causa que defienden”. Será también por esta razón que Ignacio Lario, presidente de la Asociación de Comerciantes de Preciados el Carmen y Arenal (Apreca) –por las calles que rodean a la Puerta del Sol– reclamó que “en caso de que fuese necesario, la policía use la fuerza”.
No puede decirse que Lario manda a decir las cosas. “Si tienen autorización para concentrarse en Sol, bien, si no, la policía no debería permitirlo, porque están cometiendo una clara ilegalidad”, se explayó. Y para hacer cumplir las leyes, recomendó a las autoridades seguir “una serie de pasos: no se puede empezar dando voces ni palos, aunque llega un momento en que las personas no quieren retirarse y entonces la única persona que, por ley, puede usar la fuerza es la policía”. La hoja de ruta del tendero es un verdadero plan de operaciones: primero la policía “hablará”, luego “ordenará”, después “forzará” y, finalmente, “usará la fuerza”.
Para agregar más leña al fuego, el Partido Popular –favorito para las próximas elecciones– no ahorró lisonjas hacia su caudal electoral. Así, el secretario general de los conservadores madrileños, Francisco Granados, afirmó que “está planteándose muy seriamente” convocar a una contramanifestación en apoyo de los comerciantes. “Que 300 indignados estén condicionando la convivencia de más de 3 millones de habitantes” de Madrid, le resulta intolerable. Algo parecido piensa el candidato socialista al gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.
En Santiago, mientras tanto, las imágenes de la brutal represión policial se cruzaron con las del incendio de una sucursal de la tienda La Polar, ubicada detrás de la Casa Central de la Universidad de Chile. Testigos citados por los medios santiaguinos dicen que casi en simultáneo con la represión, un grupo de jóvenes habría levantado las cortinas de hierro para luego lanzar varios artefactos incendiarios hacia el interior. De inmediato comenzó a circular un video en YouTube, donde se muestran nerviosas imágenes del incidente.
Poco costaba asociar el incendio intencional con la efervescencia estudiantil. Que pide, como se sabe, educación gratuita y universal, y no una educación planificada con un objetivo exclusivamente comercial. Y hasta judicialmente, quizás la propietaria de la cadena minorista pueda explicar sin problemas el siniestro ante los sabuesos de las compañías de seguros.
Porque, vamos, el local había cerrado más temprano por las marchas de los jóvenes díscolos y las autoridades dieron asueto al personal. Incluso los primeros en llegar fueron los carabineros, que intentaron apagar las llamas con sus carros Neptuno lanzaagua. Para peor, los bomberos tardaban en llegar por las corridas de los estudiantes perseguidos por la policía.
La otra parte de esta historia es que La Polar está por estas horas hundida en uno de los mayores escándalos financieros de Chile. La cadena minorista está acusada de malas prácticas crediticias, de abuso y estafa, en una operatoria que afectó a miles de clientes y provocó, según los analistas, una mayor volatilidad a la Bolsa chilena.
Mientras tanto, en Italia la fiscalía de Trani, al sudeste del país, incautó decenas de documentos de las calificadoras de riesgo Moody’s y Standard & Poor’s, en el marco de una investigación sobre los cuestionados manejos de las dos agencias, que con sus informes suelen generar volatilidad en los mercados mundiales desde hace décadas.
Claro que hasta hace diez años los mercados que volaban estaban de este lado del Atlántico y debajo del Ecuador, y ahora los que tiemblan ante el embate de la especulación están en el primer mundo. Que hasta ahora se preciaba de no mostrar sino muy esporádicamente las calles llenas de revoltosos.

Tiempo Argentino
Agosto 6 de 2010

1 comentario:

candombe dijo...

Qué lindo escribís, Girondo. Te extraño. =)