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Otro viaje del señor Valenzuela

El Secretario de Asuntos Hemisféricos del gobierno de Barack Obama, Arturo Valenzuela Bowie, es uno de esos personajes que desde la cuna tienen doble pertenencia. A la tierra que los vio nacer y a la sangre. A la lengua de origen y a la que le hablaba su madre. A la política y a la teología.
Hijo de Raimundo Valenzuela Arms, quien fuera obispo de la Iglesia Metodista de Chile, y de la misionera estadounidense Dorothy Bowie, luego impulsora de una terapia conocida como hipnosis clínica, vivía en Concepción cuando el gran terremoto de 1960 echó literalmente abajo sus expectativas. Es que el edificio del liceo donde estudiaba fue demolido por un sismo de magnitud 9,5 que destruyó gran parte del país, mató a más de 2000 personas y dejó sin hogar a otros 2 millones.
Valenzuela viajaba regularmente a los Estados Unidos, como toda su familia, ya que mantenían lazos con los sectores protestantes de aquel país. Pero esa vez, a los 16 años, se quedó para completar sus estudios. Allí, el adolescente conoció a Martin Luther King, y resultó fuertemente impactado por su asesinato, en 1968. Había querido ser pastor, como su padre, su abuelo y su bisabuelo. Pero en el Norte se doctoró en Ciencia Política y Política Comparada por la Universidad de Columbia. En ese centro de estudios había participado del movimiento estudiantil por la integración multirracial y contra la Guerra de Vietnam.
Su parentela, mientras tanto, apoyaba en Chile la candidatura de Salvador Allende. El obispo Valenzuela Arms, incluso, fue representante de la Iglesia Metodista en el primer Tedeum del gobierno de la Unidad Popular, en 1970. “Eran pro Allende porque querían un mayor equilibrio de la riqueza, pero no en un sentido partidista”, contó alguna vez su hermana, Flor Valenzuela.
Más tarde, Arturo cultivaría amistad con los líderes de la oposición pinochetista, y fue introduciéndose en el Partido Demócrata. Fue entre otras cosas, director del Centro de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Georgetown, miembro de Human Rights Watch Americas Advisory Committee, de Inter-American Foundation, y consultor de organizaciones como la Fundación Ford, la Fundación Interamericana, la Freedom House y la Free Foundation.
O sea, es un cuadro del establishment cultural que desde los Estados Unidos sostiene una posición latinoamericanista afín a los intereses de Washington. Con un toque liberal y una sólida convicción religiosa que tanto atrae en aquellas latitudes. Por eso no extraña su opinión sobre las democracias del continente, de las que, dice, “están interrumpidas” desde la caída de las dictaduras en los ’80. Porque muchos de estos gobiernos, piensa, “perdieron credibilidad” y es necesario “recuperar el espíritu democrático” en la región.
Fue consejero en Asuntos Hemisféricos en el Departamento de Estado con Bill Clinton y en mayo de 2009 Obama lo nombró secretario de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, en remplazo de Thomas Shannon.
En su última visita a la Argentina se había generado un entredicho cuando varios medios publicaron el “malestar” que le habían transmitido empresarios argentinos frente a la política oficial. Con el furor de las filtraciones WikiLeaks se conoció el cable confidencial 1311, fechado el 31 de diciembre de 2009, en que la embajadora Vilma Martínez se mostraba sorprendida por la repercusión que había alcanzado una charla del diplomático ante una docena de periodistas nativos. “A pesar de la amplia gama de temas abordados por Valenzuela, los medios de comunicación argentinos se concentraron exclusivamente en su observación sobre la preocupación de la comunidad empresarial estadounidense por la inseguridad jurídica y la gestión económica local.”
Valenzuela apoyó a fines de julio pasado una presentación del entonces presidente colombiano Álvaro Uribe ante la OEA, sobre el presunto apoyo de Hugo Chávez a las FARC. “La denuncia del gobierno colombiano es muy seria”, consideró el chileno-estadounidense. El incidente entre Colombia y Venezuela se licuó tras la intervención de quien fuera secretario de la Unasur, Néstor Kirchner.
Hace unos días, tildó de “antidemocrática” la Ley Habilitante que da poderes especiales al mandatario venezolano y afirmó que viola la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados Americanos. Siempre preocupado por esa “amenaza” a la democracia, aceptó un pedido de la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, para que el “Departamento de Estado cese de inmediato de ejercer una influencia indebida sobre los funcionarios hondureños que han sido electos y que están actuando de acuerdo con las leyes hondureñas.”
En consonancia, declaró que Porfirio Lobo “ha preparado el terreno para el reingreso de Honduras a la OEA”. Y agregó que en 2010 Honduras protagonizó un “significativo progreso” para cumplir las exigencias de la comunidad internacional tendientes “a la reconciliación nacional, el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática y los Derechos Humanos”.
El país centroamericano fue suspendido por la OEA en julio de 2009 luego del golpe contra Zelaya. Lobo es persona no grata para la Unasur, que impidió su presencia en las últimas dos Cumbres de Países Iberoamericanos. El hondureño fue especialmente “no invitado” a la asunción de Dilma Rousseff y esta parte del continente no reconoce su gobierno ni mantiene relaciones diplomáticas. El secretario general de la OEA, el también chileno José Miguel Insulza, opina que Honduras “debe” reincorporarse “lo más pronto posible”, e igualmente cuestionó la Ley Habilitante de Chávez.
Representantes de los tres poderes hondureños, Jorge Alberto Rivera Avilés (por el Judicial), Juan Orlando Hernández (por el Legislativo) y el propio Lobo (por el Ejecutivo) se reunieron con el pastor Evelio Reyes en una jornada de oración en la Iglesia Vida Abundante, donde oraron por un buen año 2011 para Honduras.
Mientras tanto, el periodista Esdras Amado López, director y propietario del Canal 36, denunciaba que un coronel lo había amenazado de muerte. El canal, conocido como Cholusat Sur, fue cerrado y militarizado en varias ocasiones por condenar el golpe de Estado y las violaciones a los Derechos Humanos en el régimen de facto. En el año que terminó fueron asesinados diez periodistas en Honduras. Es uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio de la profesión.
Valenzuela llega a Buenos Aires el domingo, en una minigira que además incluye a su país natal, Chile. Informó que su visita tiene como objetivo “profundizar las relaciones con esos socios clave de la región”. Le pidió audiencia al canciller argentino. “Voy a escucharlo”, dijo Héctor Timerman.

Tiempo Argentino
Enero 8 de 2011

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