Escribió Cuba: revolución o reforma y asegura que un revolucionario hace reformas, pero no es un reformista. Es decir que "no acepta la realidad tal cual es, y avanza a pequeños pasos en torno a ella, sino que la quiere modificar de raíz". Por eso para Enrique Ubieta Gómez, investigador y ensayista cubano que vino a presentar su libro a Buenos Aires, el debate sobre los cambios que se están produciendo en la isla son un tema incesante de debate en el plano cultural, a pesar de que estos pareciera sólo una movida económica.
"Se asocia el concepto de revolución con la violencia, cosa que me
parece absurda. Pero hay muchas maneras de ser revolucionario que no
tienen que ver con la violencia. En América Latina se han producido
procesos revolucionarios a través de las urnas. Entonces, revolucionario
también es saltar sobre lo imposible", dice en esta charla con Tiempo
Argentino.
–Para algunos sectores conservadores, Cuba se está volcando
al el capitalismo, reconoce que el socialismo fracasó. ¿Qué puede
responder a eso?
–El mundo en que Cuba existe cambió. Evidentemente el camino que
nosotros estábamos transitando para superar el capitalismo es hoy
inviable. Es preciso rediseñarlo empleando el mayor recurso que tiene
Cuba. Cuba ha creado una sociedad donde las masas se han transformado en
colectividades de individuos con un alto nivel de instrucción. Es
preciso desatar un poco las capacidades individuales y buscar de esa
manera posibles desarrollos que no existen desde la perspectiva de los
recursos naturales que no tenemos, o convenios comerciales que sólo con
muy pocos países podemos tener de forma verdaderamente solidaria. Ese
desatar las fuerzas individuales constituye un gran peligro porque en el
mundo el único individuo culturalmente concebido es el que responde al
individualismo burgués. El gran reto del socialismo cubano es construir y
propiciar el desarrollo y la construcción de la individualidad
socialista. Diría más, es el reto que no ha logrado, ningún Estado
Socialista.
–¿Se lo planteó algún Estado socialista?
–Yo creo que no lo vieron de esa forma. El socialismo es la
solución de grandes problemas colectivos que impiden el desarrollo del
individuo, pero a la postre, el individuo ha vuelto a emerger. Ahora,
todo está preparado en el mundo para comprar a ese individuo. A un
pelotero cubano nunca se le va a pagar 30 millones de dólares para jugar
en Cuba, a un biotecnólogo nunca se le va a pagar por un desarrollo lo
que pagarían las transnacionales. Hay que buscar otras maneras, en eso
es hacia lo que Cuba transita hoy, y es un camino extremadamente
difícil.
–¿El Che Guevara hablaba del Hombre Nuevo?
–Cuando el Che hablaba del Hombre Nuevo no hablaba de un hombre
individual perfecto que hablara cinco idiomas, que fuera karateca.
–No, no… En Superman seguro que no…
–Él estaba hablando de un tipo diferente de relaciones sociales
donde el individuo encontrara el pleno desarrollo de su felicidad no en
el consumismo sino en una verdadera realización de sus potencialidades
individuales. Hacia ahí va el concepto de individualidad socialista. Yo
no hablo de eliminar el odio, porque donde existe amor, existe odio.
Hablo de una manera de encontrar la felicidad de forma diferente, que no
excluye –esto lo hemos comprendido plenamente– la satisfacción
material, el confort.
–¿Pero el sistema capitalista le promete más al biotecnólogo o al beisbolista de lo que le puede dar Cuba?
–En efecto es una guerra, y una guerra desigual. Porque además la
cultura del capitalismo está en Cuba también, no podemos pensar que Cuba
es un lugar aislado. De hecho la cultura del socialismo es sólo un
proyecto en desarrollo que se hace a partir de la contracultura del
capitalismo y a partir de la cultura popular. Pero la cultura dominante
en el mundo, la cultura del capitalismo, la tenemos en la televisión, en
las películas de Hollywod, en la música, en el sistema de ventas de los
Grammys, en la NBA. Es un gran reto, ahora el punto sería, ¿puede ser
una batalla que sólo se gana desde lo cultura?, paradójicamente sólo
desde la cultura puede ganarse, aunque la economía es el fundamento.
Usted no puede retribuir a las personas según lo que aportan en la
sociedad, que es la divisa del socialismo, si no existe una economía
fuerte para eso. Y al mismo tiempo, sin un alto nivel de cultura en la
población, sin un permanente debate de ideas, tampoco es posible vencer.
Yo creo que estamos en un momento en la sociedad cubana donde es
imprescindible debatirlo todo.
–¿Una revolución dentro de la revolución?
–Hoy por hoy, no existe capacidad alguna, ni interés alguno de
prohibir nada. De hecho las nuevas tecnologías lo hacen imposible, el
tema es que sí hay que debatirlo todo. Desarrollar en el ser humano la
capacidad, la mirada crítica hacia todo lo que lee, todo lo que ve para
que pueda discernir desde sus propios conocimientos. Esa capacidad
crítica no se desarrolla por la simple acumulación de conocimientos,
además tiene que haber un entrenamiento, y eso sólo lo ofrece el debate.
Es lo que estamos diciendo siempre en los últimos meses, nos estamos
refiriendo a ese tipo de debate. Porque no vas a poder competir, no vas a
poder dar 30 millones de dólares a un beisbolista, pero le podés dar
condiciones materiales adecuadas según lo que aporta a la sociedad, eso
en la parte material. Pero a la vez, está toda la parte cultural, que
esa persona sea capaz de sentirse feliz, teniendo lo elemental que
merece tener materialmente, pero al mismo tiempo, teniendo la
satisfacción de servir al país, de ser querido…
–De servir a la comunidad…
–De ser querido por las personas, de ocupar un lugar, de ser
protagonista de la historia, de ser protagonista de su propia vida, de
decir yo me muevo para acá, yo no quiero jugar en este equipo.
–¿Cómo está ese debate en Cuba?
–Yo creo que en Cuba hay un gran debate intelectual y popular, y es
un debate que el partido está interesado en promover, yo creo que hay
conciencia de la trascendencia de lo cultural, e insisto mucho en
llamarlo cultural más que ideológico. Porque abarca muchos elementos que
conforman una cosmovisión. Esa conciencia se ha ido tomando poco a
poco, aunque se priorizó el aspecto económico que era primordial. Vamos
tomando conciencia de la imprescindible necesidad de debatir las bases
culturales del proyecto que estamos construyendo.
–¿La sociedad lo entienden así? Porque en países como los nuestros muchos terminan votando contra de sus propios intereses.
–Yo creo que la mayoría del pueblo de Cuba sigue apoyando la
revolución y sigue pensando en la revolución como su camino, pero es una
guerra que podemos ganar o que podemos perder, claramente. «
Los jóvenes y la participación
–Este libro me permitió recorrer todas las universidades del país y
conversar con los jóvenes y creo que ha sido fructífero para ellos y
para mí. Creo que son muy abiertos, muy espontáneos. A veces se pinta al
joven cubano como apolítico y creo que puede haber un reducto donde
estén más cercanos al mercado y a una idea de realización capitalista.
Pero a la mayoría de los jóvenes cubanos les interesa lo que ocurre en
la sociedad, y debaten mucho en torno a ello. A veces, discutir con
ellos resulta escabroso, a veces la forma en que formulan una pregunta
puede moverle el piso a alguien desprevenido. Pero yo creo mucho en su
sinceridad y en su honestidad, y en el auténtico deseo de incorporarse
como protagonistas de esos cambios.
–¿Por qué a más de 50 años de la revolución hay una generación que llega a tener estas contradicciones?
–Porque el mundo, lejos de haber cambiado a favor del socialismo,
retrocedió; tú no puedes comprender a Cuba aislada del contexto
internacional. Han pasado 50 años pero el socialismo del este europeo se
desmoronó y dejó profundas grietas en su interior. Hoy existe un
renacer de la izquierda en el mundo, en América Latina y en Europa
también, pero había quedado una grieta profunda.
Actividad privada
"El que se incorpora a la actividad privada no necesariamente es mi
enemigo. Esa persona tiene límites en su crecimiento, pero también va a
aportar a la economía de la sociedad, y está recibiendo servicios de la
sociedad, del socialismo."
Tiempo Argentino
Mayo 5 de 2013
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