Por lo pronto, este mes, Afganistán fue un dolor de cabeza
para Obama y tuvo que salir a dar explicaciones en más de una ocasión por lo
que llamó errores. No son pocos los críticos que, donde la Casa Blanca ve
equivocaciones, interpretan políticas de fondo, prácticas perversas que se
desarrollan en ese rincón del planeta desde el inicio de la ocupación.
El 3 de octubre el mundo se horrorizó al conocerse la
noticia de que aviones de EE UU habían atacado en Kunduz un hospital que estaba
a cargo de Médicos Sin Fronteras (MSF). El ataque duró varias horas y causó la
muerte de 22 personas, 10 pacientes y 12 miembros de la organización. De
inmediato la ONG presentó enardecidas protestas por la barbarie demostrada en
el incidente, ya que aseguran haber indicado con suficiente antelación la
ubicación del edificio en GPS y además, en el techo estaba pintado el logo
correspondiente.
Al principio, voceros del Pentágono hablaron de un error,
luego el tema fue creciendo en los medios –MSF pidió expresamente una
investigación internacional bajo los postulados de los Convenios de Ginebra,
puesto que los consideró un crimen de guerra- y el propio Obama primero pidió
perdón y luego anunció una pesquisa, aunque interna y sin participación
foránea.
Justo un par de días más tarde se anunció en Atlanta,
Georgia, la firma del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas
en inglés), un acuerdo de libre comercio que nuclea a 12 países de la cuenca
del Asia-Pacífico, un selecto club que excluye a China –más bien fue hecho para
oponérsele-, representa el 10% de la población mundial y el 40% del PBI. Que
además refuerza el mercado productivo de Estados Unidos en un momento crucial
por la crisis económica internacional.
El TPP fue elaborado en el secretismo más profundo durante
cinco años por un equipo de no más de tres personas por país y representantes
empresarios, y sólo traslucieron algunos de sus detalles luego de una
filtración del sitio WikiLeaks. Es curioso, pero el anuncio de la firma no
implicó la publicación de la letra chica del documento, que según la
administración de Obama, se hará en los próximos 30 días. "Los abogados
están trabajando ahora mismo para terminar el texto y prepararlo para su
difusión", explicó el representante de la casa Blanca, Michael Froman.
¿Qué anunciaron, entonces?
Para entrar en vigencia, el TPP deberá pasar por las
legislaturas de los países firmantes, que por América Latina son Chile, Perú y
México. En algunos distritos será un simple trámite, pero en otros nada está
garantizado, más aun cuando aparece en la agenda como una estrategia armada al
margen de la población de cada uno de los socios. En el caso de Estados Unidos,
los republicanos lo aprueban con las dos manos levantadas, pero ya la
precandidata presidencial y ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo que
se opone. "Lo que sé es que a partir de hoy no estoy a favor de lo que he
podido saber sobre eso", dijo en tono despectivo en una entrevista para la
cadena pública PBS.
El TPP deja muchas hilachas perjudiciales para trabajadores,
pymes de países menos desarrollados y hasta para los gobiernos de esas
naciones, que quedarían a merced de tribunales comerciales secretos que, se
descuenta, beneficiarán a las multinacionales y a los grandes inversores.
También despertó críticas porque la iniciativa tiene
artículos que permiten limitar y castigar la libertad de expresión en Internet
mediante la excusa de proteger los derechos de autor. Pero en el área que más
polvareda levantó fue en la cuestión de los medicamentos.
Son muchas las instituciones que venían advirtiendo de los
riesgos que involucra ese acuerdo para la salud ya que al incrementar el plazo
de cobertura de las patentes industriales encarecerá el costo de los genéricos
en tratamientos de toda índole y principalmente para los sectores más
carenciados de la sociedad.
Al frente de estas protestas se había anotado precisamente
MSF en un comunicado que firmó su directora, Judit Rius Sanjuan, asesora legal,
a la sazón, de la campaña de Acceso de Medicamentos de la entidad en EE UU.
"Médicos Sin Fronteras –dice el texto- expresa su consternación por la
decisión que tomaron los países miembros del TPP de acceder a las demandas del
gobierno de los Estados Unidos y de las farmacéuticas multinacionales que
aumentarán el precio de medicamentos para millones de personas a través de la
extensión innecesaria de monopolios y retrasando deliberadamente la baja de
precios al impedir la competencia con medicamentos genéricos (…), el TPP pasará
a la historia como el peor tratado para el acceso a medicamentos en países en
desarrollo, que serán forzados a cambiar sus leyes para incorporar los abusivos
protocolos de protección a la propiedad intelectual para las compañías
farmacéuticas."
En asuntos intrincados como este, las coincidencias no
suelen abundar. ¿Esto quiere decir que el ataque al hospital de Kunduz podría
ser una venganza o una amenaza por el rechazo de MSF al tratado TPP? No habría
elementos para asegurarlo. Es cierto que la ONG de inmediato pidió investigar
un crimen de guerra. Dijo, incluso, que hasta en las guerras hay códigos, que
en el caso del centro de atención en esa localidad afgana habían sido violados.
Pero no habló, al menos públicamente, de que una cosa tuviera que ver con la
otra. Es cierto, también que las disculpas de Obama finalmente se produjeron,
pero sonaron, como ironizó algún cercano al organismo, a la actitud de ese
marido golpeador que tras una paliza le regala flores a su esposa con una
tarjetita que dice "no quise hacerte daño".
Según un trabajo elaborado por Micah Zenko, investigador en
el Council on Foreign Relations, un think tank estadounidense, en Afganistán
por cada soldado hay tres "contratistas", la forma legal que reciben
los mercenarios que trabajan para alguna de las empresas de seguridad con las
que desde el gobierno de George W. Bush se privatizaron gran parte de las
guerras que encara Estados Unidos.
La principal de esas empresas es DynCorp, que pertenece
desde 2010 al fondo de inversiones Cerberus Capital Management, con sede en
Nueva York. Con inversiones en todas las ramas de la economía, desde
automotrices como en su momento Chrysler, o inmobiliarias, también tiene
intereses en la industria bélica, por supuesto, y los tuvo en alguna
farmacéutica de menor volumen, como Talecris Biotherapeutics. Entre sus
directivos figura el ex vicepresidente de George W Bush, James Danforth
"Dan" Quayle, y su ex secretario del Tesoro, John William Snow.
El TPP garantiza mercados y negocios para inversores de toda
laya, y Cerberus es uno. Cualquier oposición representa una mala nueva y un
enemigo que mejor no tener. DynCorp tuvo en su historial denuncias de todo
calibre por las barbaridades cometidas por su personal en Bosnia, Colombia y
Afganistán (principalmente en Kunduz, por escándalos sexuales en 2009).
¿Esto relaciona a los mercenarios con el bombardeo al
hospital del MSF?
¿Es la primera vez que hay "errores" como este?
No, todavía se recuerda el ataque al Hotel Palestina de
Bagad que causó la muerte de dos periodistas y otro en contra las oficinas de
Al Jazzera en Kabul, ambos en 2001.
¿Obama tiene algo que ver con el ataque?
No hay pruebas de nada de esto, sólo cadenas de
casualidades, sospechas con cierto fundamento. En todo caso, tal vez el reflejo
de que el inquilino de la Casa Blanca está en un laberinto del que no le
resulta fácil escapar.
Tiempo Argentino
Octubre 16 de 2015
Ilustró Sócrates
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