¿Qué pasaría si
Chipre sale del euro?, se pregunta Kevin Hall, uno de los editores de
McClatchy, un grupo de medios gráficos con sede en California. La respuesta no
le pertenece pero ilustra sobre la situación en la estratégica isla del
Mediterráneo. "Chipre sería el canario en la mina de carbón". Los
antiguos mineros llevaban una jaula con un canario para determinar si en algún
nuevo socavón había gases peligrosos. Si el simpático animalito se moría, mejor
ir por otro lado. "Una salida para Chipre podría indicar grandes cosas por
venir –dice Hall desde esa publicación, que se jacta de haber nacido en 1857,
cuando terminaba la fiebre del oro en California - grandes economías con
problemas, como España e Italia, probablemente necesiten más fondos de rescate
en medio de unas finanzas deterioradas. Los más pequeños, como Portugal y
Grecia, que se enfrentan a una tremenda oposición ciudadana contra los programas
de austeridad, podrían estar tentados también a salirse del euro. Podría
comenzar un desenlace difícil de detenerse y de graves secuencias globales si
los inversores comienzan a dudar del futuro de una de las monedas de reserva
del mundo".
Desde que la crisis
colocó a Chipre en el candelero, mucha tinta circuló para intentar desentrañar
hacia dónde se encamina Europa luego de las caídas de Portugal, Italia, Grecia
y España (países que en la jerga inaugurada por el Goldman Sachs Jim O´Neil se
reducen al acrónimo PIGS, cerdo).
El caso de Chipre
fue enfrentado por la troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo
Monetario Internacional), a través de un camino inédito. Mientras que para
defender al sistema bancario en los países de la Europa del sur se dieron
"salvatajes", en Chipre el recurso es una quita en los fondos
depositados. O sea, que las fallas del sistema financiero las paguen los
ahorristas y no los contribuyentes.
En medio de esta
evidencia, el jefe de la Comisión Europea, el laborista holandés Jeroen
Dijsselbloem, provocó un vendaval. Dijo que la solución chipriota podría
extenderse al resto de las naciones en problemas y le salieron a pegar desde
todos los rincones. Los inversores hicieron saber que podrían protagonizar una
corrida contra el euro a nivel continental, lo que hubiese llevado a extender
masivamente el corralito de Chipre (un detalle: la palabra es una contribución
argentina a la lexicografía internacional, porque se usa en todos los idiomas
para nombrar a la restricción para el retiro de fondos).
Fue así que los
mandatarios de España y Francia buscaron dar señales de que Dijsselbloem habían
sido malinterpretado o se había ido de boca. Es entendible, son los países que
más pueden padecer corridas. El problema con el titular de la CE no es que haya
dicho algo erróneo, sino que advirtió lo que se pergeñaba en Bruselas, con lo
que abortó la ventaja de la sorpresa.
La justificación
para la diferencia en el enfoque, con todo, es que una enorme mayoría de los
capitales depositados en Chipre es de ciudadanos rusos que utilizaron a la isla
como paraíso fiscal. Más específicamente, se dice que es dinero no declarado
proveniente incluso de la mafia. Los analistas calculan que un 30 % de los
fondos alojados en bancos chipriotas, más de 20 mil millones de euros, vienen
de Rusia.
Información surgida
de Moscú daba cuenta de que aviones repletos partían hacia Nicosia, la capital
chipriota, y no para celebrar las pascuas sino con ganas de plantarse frente a
las puertas de los bancos para cacerolear por la anunciada pérdida de al menos
40% de los depósitos que superen los 100 mil euros.
Pero el temor de
Mariano Rajoy y François Hollande al efecto contagio por ahora parece no
corroborarse, tal vez porque en cada país hay problemas propios que tapan el bosque.
España marcha hacia un 27% de desocupación hacia fines de año y una contracción
económica del 1,5%, según datos del Banco de España, que además recomienda
bajar aún más los salarios para enfrentar el problema. El socialista francés
insiste con un impuesto a las corporaciones de 75% a partir de ingresos mayores
al millón de euros anuales, lo que ya provocó la huida del actor Gerard
Depardieu para escaparle al fisco. Como se sabe, se fue…a Rusia.
En Italia, el
centroizquierdista Pier Luigi Bersani no pudo formar gobierno y dejó "la
pelota en el tejado" del presidente Giorgio Napolitano, según dicen en la
península. Al cabo de una semana en la que se reunió con líderes del movimiento
del cómico Beppe Grillo y del partido de Silvio Berlusconi, Bersani hizo la
única que le quedaba para no quedar pegado a la trampa de la derecha y al
desafío de los "grillinos". Esto es que con tal de llegar al poder
aceptara el gobierno de unidad que le proponía Berlusconi, lo que hubiese sido
la excusa para que los seguidores del humorista terminaran de demostrar que los
políticos son todos lo mismo. El problema es si habrá una salida negociada
antes de que Napolitano termine su mandato, el 15 de mayo, o Italia se
convertirá en otro testimonio –como Bélgica, que estuvo 589 días sin primer
ministro- de aquella tesis anarquista de que un país puede subsistir
tranquilamente sin gobierno.
Como sea, el
contagio puede prender en cambio en Eslovenia, el pequeño territorio balcánico
que enfrenta moras en un tercio de los préstamos. "El país ha perdido
competitividad desde que se unió al euro. Los mercados han sido muy
complacientes, pero ha quedado claro desde hace tiempo que los bancos necesitan
recapitalización, y no es fácil de obtener dinero en este clima ", dijo
Lars Christensen, del Danske Bank, a Ambrose Evans-Pritchard, columnista del
británico The Telegraph.
Y aquí es donde
puede establecerse un pequeño juego geopolítico. Los Balcanes y la propia isla
de Chipre fueron centro de disputa entre los principales imperios de la región.
Desde que en 395 se dividió el imperio romano - Occidente, con sede en Roma y
Oriente, con capital en Constantinopla o Bizancio- los enfrentamientos tomaron
también un carácter cultural y religioso, entre lo que sería la Iglesia
Católica Romana y la Cristiana Ortodoxa con sus variantes. Roma contra Grecia.
La rápida extensión del islamismo puso en el medio un nuevo jugador, que
tomaría alcance global con el Imperio Otomano, que en 1453 tomó Constantinopla.
Zona de conflictos
permanentes (la actual Estambul es la llave para entrar al Mar Negro y meterse
en la Europa profunda y en el Asia) allí comenzó lo que el historiador Orlando
Figes considera la primera gran contienda verdaderamente mundial, la Guerra de
Crimea, que envolvió en una matanza incalculable a turcos aliados con Francia,
Gran Bretaña y la Austria de los Habsburgo contra el imperio ruso. Casi los
mismos jugadores que se trenzaron nuevamente en 1914.
El Chipre de estos
días es todavía parte de aquellas viejas rencillas. Porque luego de haber pertenecido
a los turcos, en 1878 quedó como colonia británica hasta su independencia en
1960. Con una amplia mayoría de población griega que busca la enosis (anexión)
al país heleno, tiene algo así como un 30% de habitantes de origen turco. En
1974 un golpe fomentado desde Atenas por la dictadura de los coroneles desató
una invasión que terminó con la creación de la República Turca del Norte de
Chipre (RTNC), un estado solo reconocido por Turquía. Una verdadera anomalía
con un contingente de Cascos Azules de la ONU para evitar incidentes. La UE
incorporó entre sus miembros a la nación grecochipriota, a pesar de que Turquía
intenta formar parte de las grandes ligas europeas (como la OTAN) desde hace
décadas.
Este miércoles, el
gobierno turco anunció la ruptura de relaciones con la italiana Eni, en
respuesta las prospecciones de nuevos yacimientos de la petrolera en aguas de
Chipre. La empresa de mayoría estatal proyecta la construcción de un oleoducto
que transportará petróleo crudo desde el mar Negro hasta la costa mediterránea.
El canciller de Turquía, Ahmet Davutoglu, apeló a la reunificación de Chipre
como paso previo a la explotación de los recursos energéticos frente a sus
costas. "Turquía no permitirá medidas que hipotequen el futuro común de
Chipre", advirtió Davutoglu por la televisión turca.
Una imprevista orden
del presidente ruso, Vladimir Putin, para realizar maniobras en el Mar Negro,
aporta lo suyo a la intrincada cuestión. "Son maniobras a gran escala sin
preaviso", se limitó a decir el portavoz del Kremlin. Putin regresaba de
la cumbre del BRICS celebrada en Durban.
Los países que
Goldman Sachs bautizó con las iniciales de Brasil, Rusia, India, China y
Sudafrica, cuentan con el 21% del PBI y el 44% de la población mundial dijeron
allí presente en el tablero internacional como los jugadores de peso que le
auguran todos los estudios geopolíticos para este siglo. Anunciaron la creación
de un banco de desarrollo al margen del FMI y el Banco Mundial y la tendencia a
usar monedas locales para el intercambio entre ellos. Y presionan para lograr
cambios en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde India, Sudáfrica y Brasil
aspiran a un cargo permanente.
Tiempo Argentino
Marzo 30 de 2013
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