El Conflicto en Medio Oriente tiene aristas intrincadas y
que hasta al Papa le costaría resolver, al menos el corto plazo. Pero no es
menos cierto que otros conflictos que también parecían imposibles se terminaron
revolviendo. La pacificación en Irlanda del Norte entre el IRA, el Ejercito
Republicano Irlandés, y el gobierno británico es uno de ellos. El de Colombia
entre el poder central y la guerrilla de las FARC camino de serlo.Cierto que no se pueden comparar, pero es bueno tenerlo en cuenta.
En junio 2009 Obama, recién llegado a la Casa Blanca
y con todas las ínfulas por completar la tarea que sus antecesores demócratas
no habían logrado, tuvo un par de gestos que prometían cambiar la ecuación en
la región: fue a Egipto donde brindó el famoso Discurso del El Cairo. Todavía
entonces se mostraba orgulloso de llevar “los mejores deseos del pueblo
estadounidense y un saludo de paz de las comunidades musulmanas de mi país” y
se daba el lujo de saludar con un “assalaamu alaykum”. (http://www.whitehouse.gov/the_press_office/Remarks-by-the-President-at-Cairo-University-6-04-09)
A principios del 2009 había designado a George
Mitchell como el negociador ante israelíes y palestinos. Mitchell había logrado
unos años antes la paz definitiva en el Ulster, si había podido con el
empecinamiento de británicos, protestantes y católicos, quizás iba a
lograrlo entre dos pueblos de origen semita y una religión que tiene las
mismas raíces. Pues, no, se fue con las manos vacías y casi al borde del
papelón.
Ante cada intento de negociar impulsado por Washington, el
gobierno derechista de Israel respondía con la ampliación de los asentamientos
y Hamas con cohetes. O al revés, que viene a significar lo mismo.
El ya nombrado Norman Finkelstein habla claramente de las
cuestiones legales implicadas en la región y entre ellas menciona
específicamente la Resolución 242 de la ONU, que ordena volver a las fronteras
previas a 1967. También recuerda la necesidad de garantizar el regreso de los
refugiados, a pesar del tiempo transcurrido. http://www.youtube.com/watch?v=T3R0Mp6a6zg&feature=player_embedded
Finalmente, Finkelstein puntualiza que la Corte
Internacional de Justicia de La Haya se expidió oportunamente en contra de la
construcción de los muros. "La corte considera que la construcción del
muro y su régimen asociado crean un hecho consumado sobre la base de que podría
convertirse en algo permanente, en cuyo caso, independientemente de la
caracterización formal que ha dado Israel, equivaldría a una anexión de
hecho", afirmó el tribunal. "Esa construcción, junto con medidas
tomadas anteriormente, impidieron gravemente el ejercicio del pueblo palestino
a la autodeterminación", agregó la CIJ.
En noviembre de 2012, y con 138 votos a favor, nueve
en contra y 41 abstenciones, la Asamblea de Naciones Unidas aprobó la admisión
de Palestina como Estado Observador. No se pudo incorporar como estado pleno
porque para eso se necesitaría el voto de los cinco miembros del Consejo de
Seguridad, y el trámite se demora para no obligar a EE UU a tomar una decisión
comprometida. Israel y Estados Unidos se encontraron muy solos –con unas
naciones del tamaño de una servilleta de Oceanía y Canadá, Panamá y república
Checa- en la Asamblea General de la ONU frente a un amplísimo consenso de
países de todos los continentes.
Israel se viene quedando con la sola compañía de
Estados Unidos en foros internacionales y son muchos los que dentro y fuera de
su territorio se preocupan por lo que entienden ubica al estado judío como un
paria del mundo. Incluso toman en cuenta al muro y al trato que se le da a Gaza
para hablar lisa y llanamente de apartheid.
La Sudáfrica del apartheid también fue un paria
internacional hasta que puso fin al segregacionismo. La dirigencia afrikaneer
–población europea emigrada a África del Sur que tomó el control y sometió a la
mayoría negra durante siglos- percibió que le resultaría más provechosa
una salida consensuada con la mayoría negra (y también con la mayoría de los
países del mundo, en verdad). El blanco Frederik de Klerk acordó con el negro
Nelson Mandela iniciar un nuevo proceso plagado de incertidumbres pero auspicioso. Hace justo dos décadas, en mayo de 1994, el ex guerrillero que
había pasado 27 años preso del régimen asumió la presidencia y De Klerk fue su
vice en elecciones libres. La colaboración de ambos permitió la creación de la primera democracia
multirracial y recibieron el Premio Nobel de la Paz. Mandela, que murió en
diciembre de 2013, podía haber tenido argumentos para emprender una venganza
contra los europeos que habían humillado y masacrado a su pueblo por centurias. Pero
apostó a la convivencia.
Algo similar puede decirse del boliviano Evo Morales, quien
fue campesino y dirigente cocalero. Dos lacras condenables: indio aymara y
además cultivador de la planta que para su cultura es ritual pero en el “mundo
civilizado” sinónimo de un negocio prohibido. Pero además, Morales es uno de
los líderes del MAS, el movimiento al socialismo.
Los pueblos originarios de América sufrieron esclavitud, persecución y directamente genocidio desde la llegada de los españoles al continente. Cuando se
constituyó Bolivia, el libertador Simón Bolívar pensó en un país de blancos y
no contempló especialmente la existencia de los indígenas. Hasta la Revolución
de 1952, las leyes no permitían que indios –y mujeres- pudieran votar libremente. Los pueblos
aborígenes ni siquiera podían circular por la misma vereda que un blanco o
sentarse en los mismos bancos de una plaza. Algo parecido
al segregacionismo estadounidense hasta bien avanzada la década del 60, que
jamás hubiera aceptado en la posibilidad de un negro como inquilino de la Casa
Blanca, y sin embargo...
Fueron muchas las críticas que se hicieron sobre la
experiencia de gobierno-hasta por la forma de vestir- desde que Evo llegó al
Palacio Quemado, en 2006. Y ya cumplió un récord para un país tan acostumbrado
a la inestabilidad y los golpes de estado.
Con una lucha tremenda, Evo logró aprobar una nueva carta magna
y avanzó sobre los sectores más retrógrados y racistas de Bolivia. La
respuesta fue la creación del Estado Plurinacional donde se reconocen 36
nacionalidades entre originarias, inmigrantes e implantadas (como los negros).
El preámbulo de la Constitución del Estado Plurinacional dice taxativamente: “En tiempos inmemoriales se
erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra
amazonia, nuestro chaco, nuestro altiplano y
nuestros llanos y valles se cubrieron de
verdores y flores. Poblamos esta sagrada
Madre Tierra con rostros diferentes, y
comprendimos desde entonces la pluralidad
vigente de todas las cosas y nuestra
diversidad como seres y culturas. Así
conformamos nuestros pueblos, y jamás comprendimos el
racismo hasta que lo sufrimos desde los funestos tiempos de la colonia”.
Suena a inocente y habrá quienes traten a este intento de
comprensión de un drama actual como de naíf. ¿Será este un modelo posible para Medio Oriente?
Seguramente se necesitan liderazgos positivos para lograrlo. Y dos sociedades con la madurez
suficiente como para entender que la paz es el mejor negocio. El cineasta
Dror Moreh sentó ante una cámara a los últimos seis directores del Shin
Bet, el servicio de inteligencia de las Fuerzas de Defensa Israelíes. Con sus
diferencias, estos hombres a quienes no le tembló el pulso en los frentes de
batalla y los palestinos, coinciden en el documental The gatekeepers, Los guardianes (http://www.teledocumentales.com/the-gatekeepers/
)en que esta es una guerra que no hay modo de ganar en términos militares.algo así como que la políica debería ser continuación inevitable de una guerra sin fin.
Las últimas encuestas indican que en Israel
una abrumadora mayoría acepta y sostiene la ofensiva sobre Gaza que encara el gobierno.
En Gaza pudiera ocurrir algo similar, porque la guerra solo genera odio. Pero un liderazgo no se construye
solo leyendo encuestas.
La civilización no se entiende sin los infinitos
aportes que ha hecho y hará el pueblo judío. Pero tampoco sin los palestinos. La pregunta es ¿Cómo
hacer entonces?
Agosto 1 de 2014
Ver también:
Israel Palestina parte IV: ¿Escudos o rehenes?
Israel Palestina parte III: La paz esquiva
Israel-Palestina parte II: La ONU mete baza
Israel-Palestina: ¿dos estados imposibles?
Continuará con:
-El modelo boliviano y Nelson Mandela como ejemplos de
integración
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