Según una ONG localizada en Nueva York, que releva la situación de los trabajadores de prensa, CPJ (Comité para la Protección de Periodistas, por su sigla en inglés), 50 periodistas fueron asesinados en lo que va del año en todo el mundo. Los distritos más peligrosos para ejercer la profesión fueron Siria, Yemen, Sudan del Sur, México y Brasil, aunque al tope figura Francia tras el atentado que dejó ocho víctimas fatales en la redacción de la revista Charlie Hebdo en enero pasado.
Hay diferencias en la situación de cada país y como se sabe el Medio Oriente sufre desde hace tiempo una guerra civil, al igual que la nación africana. El brutal asesinato del reportero gráfico Rubén Espinosa el 2 de agosto pasado en la ciudad de México es un ejemplo de riesgo en algunos rincones de América Latina: el joven, de 31 años, había huido de las amenazas en Veracruz tras la publicación de una foto del gobernador Javier Duarte en la tapa de la revista Proceso que disgustó al mandatario estadual.
A diferencia del crimen de José Luis Cabezas en Argentina en 1997, Espinosa fue baleado en un departamento de la capital mexicana junto con cuatro mujeres. A Espinosa lo identificaron inmediatamente, a las mujeres en un principio solo se las señaló con números en una tarjetita colgada de sus cuerpos: 40, 32, 29 y 18. Era la edad. La de 32 era Nadia Vera Pérez, activista en Chiapas que también había huido de amenazas en Veracruz. En los últimos 15 años en México fueron eliminados violentamente 80 periodistas y 17 permanecen como desaparecidos. Ya son 34 los que decidieron escapar de Veracruz para cuidar sus vidas.
Ayer, durante un intervalo musical en su programa radial fue asesinado en Camocim, un poblado del estado brasileño de Ceará, en el nordeste, el periodista Gleydson Carvalho. Había recibido amenazas por revelar casos de corrupción y las había denunciado, como corresponde, ante la justicia, en su emisora y hasta en su página Facebook. Desde 1994, según el CPJ, se registraron 44 homicidios de hombres de prensa en Brasil y sólo este año fueron cinco.
A principios de julio fue extraditado desde Porto Alegre Roberto Oscar González. Formó parte del grupo de tareas de la ESMA, que asesinó a Rodolfo Walsh en 1977. El autor de Operación Masacre acababa de denunciar las atrocidades de la dictadura en una carta que envió masivamente por correo, el único medio que tuvo a mano para difundirlas.

Tiempo Argentino
Agosto 8 de 2015